ENCUENTRO ALABANZA

IMPEDIMENTOS DE LA ALABANZA

NUESTRA BOCA FUE CREADA PARA ALABAR A DIOS NO PARA MALDECIR


"¡Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, Jehová, roca mía y redentor mío!" (Salmos 19:14).

"El que ama la limpieza de corazón, por la gracia de sus labios tendrá la amistad del rey."(Prov. 22:11)

LAS MALAS PALABRAS.

1. Palabras codiciosas. "Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora, pues él dijo: No te desampararé ni te dejaré" (Hebreos 13:5).

2. Palabras ociosas. "Pero yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio" (Mateo 12:36).

3. Palabras vanas. "El corazón inteligente busca la sabiduría, pero la boca de los necios se alimenta de necedades" (Proverbios 15:14).

4. Palabras improductivas. "Recuérdales esto, exhortándolos delante del Señor a que no discutan sobre palabras, lo cual para nada aprovecha, sino que es para perdición de los oyentes" (2 Timoteo 2:14).

5. Fábulas y mandamientos de hombres. "Y no atiendan a fábulas judaicas ni a mandamientos de hombres que se apartan de la verdad" (Tito 1:14).

6. Maldades en relación con cosas que no conoces. "Pero estos blasfeman de cuantas cosas no conocen..." (Judas 10).

"Esos hombres, hablando mal de cosas que no entienden, como animales irracionales nacidos para presa y destrucción, perecerán en su propia perdición" (2 Pedro 2:12).

7. Palabras aduladoras. "Porque nunca usamos de palabras lisonjeras, como sabéis, ni encubrimos avaricia. Dios es testigo" (1 Tesalonicenses 2:5).

8. Palabras seductoras. "Esto lo digo para que nadie os engañe con palabras persuasivas" (Colosenses 2:4). "Serás librado de la mujer extraña, de la ajena que halaga con sus palabras." (Prov. 2:16) "Porque los labios de la mujer extraña destilan miel, y su paladar es más blando que el aceite" (Prov. 5:3)

9. Murmuración, queja y palabras jactanciosas. "Estos son murmuradores, quejumbrosos, que andan según sus propios deseos, cuya boca habla cosas infladas, adulando a las personas para sacar provecho" (Judas 16).

"Hablando palabras infladas y vanas, seducen con pasiones de la carne y vicios a los que verdaderamente habían huido de los que viven en error" (2 Pedro 2:18). "Haced todo sin murmuraciones y contiendas." (Filipenses 2:14)

10. Palabras vanas. "Habla mentira cada cual con su prójimo..." (Salmos 12:2).

11. Palabras orgullosas. "... con su boca hablan arrogantemente" (Salmos 17:10).

12. Palabras de jactancia. "¿Hasta cuándo pronunciarán, hablarán cosas duras y se vanagloriarán todos los que hacen maldad?" (Salmos 94:4).

13. Palabras que toman el nombre de Dios en vano. "No tomarás el nombre de Jehová, tu Dios, en vano, porque no dará por inocente Jehová al que tome su nombre en vano" (Éxodo 20:7).

14. Palabras amargas y de maldición. "Su boca está llena de maldición y de amargura" (Romanos 3:14).

15. Mentiras. "Se apartaron los impíos desde la matriz; se descarriaron hablando mentira desde que nacieron" (Salmos 58:3). "Enmudezcan los labios mentirosos, que hablan contra el justo cosas duras con soberbia y menosprecio" (Salmos 31:18).

16. Palabras de calumnia. "Tomabas asiento y hablabas contra tu hermano; contra el hijo de tu madre ponías infamia" (Salmos 50:20).

17. Palabras maliciosas en contra de otros. "Por esta causa, si yo voy, recordaré las obras que hace profiriendo palabras malignas contra nosotros; y no contento con estas cosas, no recibe a los hermanos, y a los que quieren recibirlos se lo prohíbe y los expulsa de la iglesia" (3 Juan 10).

18. Chisme. "El que anda con chismes revela el secreto; el de espíritu fiel lo guarda íntegro" (Proverbios 11:13). "Las palabras del chismoso son como bocados suaves, y penetran hasta las entrañas." (Prov. 18:8)

¿Por qué es el chisme tan "delicioso" para los que lo hablan y lo escuchan, usted cree? "El hombre perverso levanta contienda, y el chismoso aparta a los mejores amigos" (Prov. 16:28)

El que chismea contigo, contará chismes de ti. El que anda en chismes descubre el secreto; Mas el de espíritu fiel lo guarda todo. (Prov. 11:13)

En esto del chisme, es como en la casa del jabonero: El que no cae resbala. Los efectos del chisme. En primer lugar, el chisme descubre el secreto. Note lo que dice Proverbios 11:13 "El que anda en chismes descubre el secreto; mas el espíritu fiel lo guarda todo". En segundo lugar, el chisme divide aún a los mejores amigos. En Proverbios 16:28 leemos lo siguiente: "El hombre perverso levanta contienda, y el chismoso aparta a los mejores amigos". El chisme es como un filo cuchillo que corta los vínculos más fuertes de amistad. Alguien ha personificado al chisme de esta manera: Destruyo hogares, destrozo corazones, arruino vidas. Viajo en las alas del viento. No me importa la verdad, no tengo respeto por la justicia, no tengo misericordia por el indefenso. El chisme, es un atentado contra el carácter del prójimo. Cuántas veces no habremos causado grave mal contra el carácter de nuestro prójimo, mediante un chisme que salió de nuestra boca.

19. Palabras Necias. "Nunca respondas al necio de acuerdo con su necedad, para que no seas tú también como él" (Proverbios 26:4).

20. Palabras contenciosas. "Los labios del necio provocan contienda; su boca, a los azotes llama" (Proverbios 18:6).

21. Palabras De Disensión. "En lo secreto de tu presencia los esconderás de la conspiración del hombre; los pondrás en tu Tabernáculo a cubierto de lenguas contenciosas" (Salmos 31:20).

22. Palabras De Discordia. "El testigo falso, que dice mentiras, y el que siembra discordia entre hermanos" (Proverbios 6:19).

23. Palabras Perniciosas. "Has amado toda suerte de palabras perversas, engañosa lengua" (Salmos 52:4).

24. Palabras Perversas. "Aparta de ti la perversidad de la boca, aleja de ti la iniquidad de los labios" (Proverbios 4:24).

25. Palabras Perversas Y Engañadoras. "Tu boca metías en mal y tu lengua componía engaño" (Salmos 50:19).

26. Palabras Maliciosas. "Los que buscan mi vida arman lazos, y los que procuran mi mal me amenazan y traman engaños todo el día" (Salmos 38:12).

27. Palabras Inmundas. "Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca" (Colosenses 3:8).

 

VICTORIA SOBRE LA LENGUA

1. Que tu corazón esté recto delante de Dios. "Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre, porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias. Estas cosas son las que contaminan al hombre..." (Mateo 15:18-20).

2. Reconoce Tu Responsabilidad. "Pero yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio, pues por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado" (Mateo 12:36-37).

3. Tus Palabras Reflejan El Evangelio Pero Tu Conducta Mucho Mas Si Obedeces La Palabra De Dios. "Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos, para que también los que no creen a la palabra sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas, al considerar vuestra conducta casta y respetuosa" (1 Pedro 3:1-2).

4. Mantén Tus Palabras Simples Y Pocas. "En las muchas palabras no falta pecado; el que refrena sus labios es prudente" (Proverbios 10:19).

5. Piensa Antes De Hablar. "Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse" (Santiago 1:19). "El corazón del justo piensa antes de responder; la boca de los malvados derrama maldad" (Proverbios 15:28).

6. Apártate Tú Mismo De Aquellos Que No Pueden Controlar Su Lengua. "Quítate de delante del hombre necio, porque no hallarás ciencia en sus labios" (Proverbios 14:7).

7. Aprende El Poder De Las Palabras De Paz. Las palabras de paz son más poderosas que las palabras de odio. "Con mucha paciencia se aplaca el príncipe, pues la lengua suave hasta los huesos quebranta" (Proverbios 25:15).

8. Toma Control Sobre Tu Lengua Con La Ayuda De Dios. "Porque: El que quiere amar la vida y ver días buenos, REFRENE su lengua de mal y sus labios no hablen engaño" (1 Pedro 3:10).

"Ninguna palabra corrompida SALGA de VUESTRA boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes" (Efesios 4:29).

9. Tus Palabras Sean Como Las De Jesús. "Todos daban buen testimonio de él y estaban maravillados de las palabras de gracia que salían de su boca. Decían: ¿No es este el hijo de José?" (Lucas 4:22).

10. Habla Palabras De Sabiduría Y Amabilidad. "Abre su boca con sabiduría y la ley de la clemencia está en su lengua" (Proverbios 31:26).

"Mi boca hablará sabiduría, y el pensamiento de mi corazón inteligencia" (Salmos 49:3).

11. Habla De Dios. "Mi boca publicará tu justicia y tus hechos de salvación todo el día..." (Salmos 71:15).

12. Habla Palabras De Consuelo. "Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras" (1 Tesalonicenses 4:18).

13. Permite Que Tus Labios Sean Llenos De La Alabanza A Dios

"La alabanza de Jehová proclamará mi boca. ¡Todos bendigan su santo nombre eternamente y para siempre!" (Salmos 145:21).

14. Establece Este Propósito. "Tú has probado mi corazón, me has visitado de noche; me has puesto a prueba y nada malo hallaste. HE RESUELTO QUE MI BOCA NO COMETA DELITO" (Salmos 17:3).

Jacob Gregory, escribió: "La lengua es un miembro muy importante para el hombre. Dios nos ha dado dos ojos, dos oídos y dos piernas, pero nos ha dado una sola lengua, porque El ha querido que el hombre fuese pronto para oír y tardo para hablar".

15. Antes De Hablar, Formúlate Estas Preguntas. ¿Lo que voy a decir traerá gloria a Dios? ¿Es la verdad? ¿Es justo desde todo punto de vista? ¿Será beneficioso? ¿Edificará a otros (resultará en buena voluntad y en mejores amistades)? Si estás hablando de otra persona, ¿le has dicho las mismas cosas a él o ella? ¿Sabes que lo que estás diciendo es un hecho o has llegado a tus  propias conclusiones después de escuchar rumores? si tienes algo en contra de tu hermano o hermana, ¿has intentado reconciliarte con ellos antes de discutirlo con otros? ¿es absolutamente necesario que digas esto?

"El sabio de corazón es llamado prudente, y la dulzura de labios aumenta el saber. El corazón del sabio hace prudente su boca y añade gracia a sus labios" (Proverbios 16:21,23).

El Nuevo Sacerdocio

Introducción

Bajo el Antiguo Testamento, Dios ordenó un sacerdocio que sirviera para representar (actuar como un intermediario) a Su pueblo delante de Él.

Su ministerio envolvía un complicado sistema de ritos y ceremonias. Estas ceremonias simbolizaban realidades espirituales por venir. Eran sombras de aquellas cosas, pero no constituían la sustancia (He 8:5; 10:1).

El ministerio sacerdotal de Cristo cumplió cada tipo implícito en el sacerdocio del Antiguo Testamento. Él cumplió todos sus simbolismos. Él es el cumplimiento de todos sus tipos. El sacerdocio levítico fue reemplazado por un nuevo sacerdocio (He 7:11-14). Bajo los términos del Nuevo Pacto, cada creyente funge como un sacerdote de Dios.

Nosotros no ofrecemos sacrificios de animales como lo hacían los sacerdotes en el Antiguo Pacto. Hemos sido llamados a ser un "sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo" (1 P 2:5).

Uno de los sacrificios espirituales que ofrecemos es la alabanza. "Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios que confiesan su nombre" (He 13:15). El término griego para "ofrecer" es "anafero", que significa llevar, levantar, conceder. Es la palabra utilizada en Éxodo 24:5 (en la versión griega llamada la Septuaginta o Versión de los Setenta), donde ellos "...ofrecieron holocaustos y becerros como sacrificios de paz a Jehová".

 

A. ASPECTOS DEL SACERDOCIO EN EL ANTIGUO TESTAMENTO
La terminología (palabra) "sacerdote", es asociada con aquéllos que se "acercan" a Dios. Podrá notar este privilegio del sacerdocio mencionado en Éxodo 19:22; Deuteronomio 21:5 y Ezequiel 44:15. La palabra sacerdote, a menudo se refiere a los hijos de Aarón, pero también tiene una aplicación mucho más amplia.

La terminología anterior es aplicada también a Melquisedec (Gn 14:18), a Jetro (Ex 3:1) y a los sacerdotes mencionados en Éxodo 19:22-24, quienes ejercieron ministerios sacerdotales antes de que los levitas fueran escogidos como la tribu del sacerdocio.

1. Tres Atributos De Los Sacerdotes Del Antiguo Testamento
En Números 16:5, vemos tres cosas que se relacionan con el sacerdocio del Antiguo Testamento: "...mañana mostrará Jehová quién es suyo, y quién es santo y hará que se acerque a Él; al que Él escogiere...".

a. Apartado Para Jehová "...quien es suyo"

b. Santo "...y quien es santo"

c. Ordenados Para Allegarse A Dios "...hará que se acerque a Él"

2. Tres Atributos Descritos
a. Posición. 
El primero de éstos, describe la posición del sacerdote: Ha sido santificado; apartado del mundo para Dios.

b. Condición. El segundo, describe su condición: Es santo, consagrado a Jehová. Todo vaso ofrecido a Dios, era santificado para Su uso (Lv 27:28).

c. Ministerio Y Función De Los Sacerdotes En La Comunidad. El tercero, describe su ministerio y función: acercarse a Dios.

Esto se refiere a cada función que el sacerdote ejecutaba. Puesto que el sacerdocio intercedía por el pueblo ante Dios, su función también representa los elementos esenciales sobre los que se basaba toda la comunidad del pacto. Estos eran:

1) Una Compañía llamada y separada;

2) Una Nación Santa, un pueblo especial [particular]

3) Un Reino de Sacerdotes para Dios (Ex 19:4-6).

3. El Papel Del Pueblo Del Nuevo Pacto
El Nuevo Testamento describe también el papel que Dios ha deseado para Su pueblo del Nuevo Pacto.

a. Somos La Ecclesia: la compañía de los llamados: llamados del "Egipto de pecado" y del reino de Satanás; y separados para El Reino de Dios y Su amado Hijo (Col 1:13).

b. Tenemos Que Ser Un Pueblo Santo. La santidad es esencial para el compañerismo y la comunión con Dios. "Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor" (He 12:14).

c. Debemos Allegarnos a Dios y ofrecerle sacrificios espirituales: "…sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo" (1 P 2:5). "…ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es decir, fruto de labios…" (He 13:15).

B. ASPECTOS ADICIONALES DEL SACERDOCIO DEL ANTIGUO TESTAMENTO
1. Filiación

Dios escogió a los hijos de Aarón para que fueran sacerdotes (Ex 6:16-20; Nm 3:6-10). Aarón fue el primer sumo sacerdote.

2. Ordenación
Los hijos de Aarón fueron ordenados al sacerdocio por Moisés. Nosotros también somos ordenados para ser sacerdotes de Dios por medio de Jesucristo (Ap 5:10).

3. Integridad O Perfección
"Ninguno que tenga algún defecto, se acercará para ofrecer las ofrendas encendidas para Jehová…" (Lv 21:17-21).

4. Limpieza
A los sacerdotes se les requería que se lavaran las manos y los pies antes de que entraran al Lugar Santísimo (Ex 30:17-21; 40:30-32).

5. Vestiduras
Lea Éxodo 28:40-43. Cuando los sacerdotes ministraban en el santuario, se les requería que vistieran las indumentarias sacerdotales.

"Se vestirá la túnica santa de lino, y sobre su cuerpo tendrá calzoncillos de lino, y se ceñirá el cinto de lino, y con la mitra de lino se cubrirá. Son las santas vestiduras; con ellas se ha de vestir después de lavar su cuerpo con agua" (Lv 16:4). Las vestiduras consistían de cuatro prendas o piezas:

a. La Túnica: era tejida en una sola pieza, sin costura.

b. Calzoncillos: eran de lino.

c. El Cinto: una prenda multicolor con los mismos cuatro colores que colgaban del velo delante del Lugar Santísimo.

d. La Capa: era una redecilla de lino (capa).

Tenemos vestiduras espirituales para nuestro ministerio sacerdotal. "Asimismo vestiré de salvación a sus sacerdotes…" (Sal 132:16).

Jesús nos dice: "…yo te aconsejo que de mí compres… vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez…" (Ap 3:18).

6. Unción
El candidato para el sacerdocio era conducido hasta la puerta del Tabernáculo.

a. Lavado: Su cuerpo era lavado con agua. "Acerquémonos… purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura" (He 10:22).

b. Vestido: Se le vestía con las ropas oficiales o sacerdotales. "…pero quedaos… hasta que seáis investidos [del griego = enduo] de poder desde lo alto" (Lc 24:49).

c. Ungido: Era ungido con aceite (símbolo del Espíritu Santo) (Ex 30:30).

"…y el que nos ungió… el cual también nos ha sellado, y nos ha dado las arras del Espíritu en nuestros corazones…" (2 Co 1:21, 22).

7. Ministerio Sacerdotal (1 P 2:9).
(En el Tabernáculo: para el Señor).

a. En La Corte O Patio:
Mantener el fuego ardiendo constantemente en el altar del sacrificio (Lv 6:9, 13).

Limpiar las cenizas del altar (Lv 6:10, 11).

Ofrecer los sacrificios de la mañana y la tarde (Ex 29:38-44).

Bendecir al pueblo después del sacrificio diario (Lv 9:22; Nm 6:23-27).

Ofrecer los sacrificios en el altar.

Tocar las trompetas de plata o el cuerno del jubileo.

b. En El Lugar Santísimo:
Quemar incienso en el altar de oro por la mañana y por la tarde.

Limpiar y encender las lámparas cada atardecer.

Colocar el pan de la proposición sobre la mesa de los panes de la proposición cada sábado.

Este es un bosquejo breve de las funciones sacerdotales, el cual, sirve para guiarnos en la comprensión de nuestras funciones como un "Reino de Sacerdotes" para nuestro Dios.

C. EL PUEBLO DEL NUEVO PACTO TIENE QUE SER TAMBIÉN...
1. Hijos de Dios

Somos la familia de Dios (Ef 3:15), y descendientes de nuestro Sumo Sacerdote Jesucristo (He 2:11, 13). Solamente los hijos de Dios verdaderamente regenerados, tienen acceso al sacerdocio real. El espíritu humano puede ser "vivificado" para Dios a través del nuevo nacimiento. Hasta que esto no tome lugar en nuestras vidas, estaremos totalmente incapacitados para ofrecerle una adoración genuina "que el Padre busca" (Jn 4:23, 24). La adoración espiritual verdadera, es el resultado de la presencia del Espíritu de Dios en las vidas que le adoran a través de sus espíritus redimidos y vivificados.

2. Sacerdotes Ordenados Para Nuestro Dios
"…yo os elegí a vosotros… y os he puesto [ordenado]" (Jn 15:16). Como hijos de Dios, somos "…linaje escogido, real sacerdocio, nación santa" (1 P 2:9). Cristo nos ha hecho "para nuestro Dios reyes y sacerdotes" (Ap 5:10).

3. Perfectos
Somos perfectos [(íntegros) del griego = pleeroo, que significa perfecto o íntegro] en Cristo (Col 2:10), y de esa manera, calificados para adorar.

Las imperfecciones y manchas físicas bosquejadas en Levítico 21:17-21 son simbólicas para nosotros. En el sentido simbólico hay una aplicación para los adoradores de hoy.

Son esas imperfecciones espirituales, de las cuales las físicas son un tipo o sombra, las que pueden impedir nuestra adoración. Dios desea las alabanzas que procedan de un pueblo PERFECTO [ÍNTEGRO] y santo. Nuestra vida cristiana debe ser consistente con la que profesamos en nuestra adoración a Dios. No podemos alabar a Dios y con la misma boca maldecir al hombre. Estas cosas jamás deberán ocurrir (Stg 3:9-11).

4. Purificados [limpiados] 
a. Un Ejemplo Del Antiguo Testamento:
 Antes de que subieran a Betel para edificar un altar a Dios para adorarle, Jacob ordenó a su familia: "…Quitad los dioses ajenos que hay entre vosotros, y limpiaos, y mudad vuestros vestidos" (Gn 35:2).

Moisés también insistió en que Israel se santificara, purificara y lavara sus vestiduras (Ex 19:10) en preparación para la manifestación de Jehová Dios en el tercer día.

Dios insistió en que los sacerdotes lavaran sus manos y pies en el lavadero, antes de entrar a ejecutar su ministerio en el Tabernáculo (Ex 30:18-21; 40:12-16).

Nosotros también hemos sido "lavados" (1 Co 6:11) "...en el lavamiento del agua por la palabra" (Ef 5:26), "...por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo" (Tit 3:5).

Nadab y Abiú murieron delante de Jehová Dios por no cumplir los requisitos que Él había ordenado para los sacerdotes que habrían de ministrarle en el Tabernáculo (Lv 20:1-3). Dios había dicho: "Yo seré santificado en los que vengan a mí y seré glorificado delante de todo el pueblo".

Necesitamos ser diligentes ante esta advertencia. El acercarse a la presencia de un Dios Santo, no es algo que debe tomarse a la ligera. La ejecución de las funciones de un sacerdote bajo el Pacto Antiguo era un gran privilegio.

Hoy, tales funciones no son de menos importancia. De hecho, es un privilegio aún mayor en nuestros días. Los términos de nuestro Pacto son muy superiores a los del Antiguo. Es de suma importancia evitar ser negligentes en nuestra preparación para la adoración.

El ministerio sacerdotal de muchas congregaciones se ha interrumpido porque, así como Nadab y Abiú, no fueron cuidadosos en cumplir con los requisitos que Dios había establecido para los adoradores.

b. Resultados: Consideremos ahora los cinco resultados recibidos cuando somos purificados por la Sangre, la Palabra y el Espíritu:

1) Una Conciencia Limpia [pura] (He 10:22). Nuestro allegamiento a Dios ya no está asociado con el rito de rociarnos a nosotros mismos con la sangre de animales. El sacrificio de Cristo ha cumplido todo lo que eso tipificaba. Ahora somos rociados con la sangre de Cristo. Cuando recibimos Su poder por la fe, nuestros corazones son "purificados de mala conciencia y lavados los cuerpos con agua pura" (He 10:22). Esta es la única manera de poder allegarnos a Dios en plena seguridad de fe.

2) Manos Limpias (Sal 24:3, 4). "¿Quién… estará en su lugar santo? El limpio de manos…". "Allegaos a Dios, y él se allegará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos…" (Stg 4:8).

Aquí tenemos el equivalente de los requisitos del Antiguo Pacto en el Nuevo Pacto: el lavatorio de manos antes de ministrar delante de Dios. Esto significa que debemos ser limpios a fin de poder ministrar o servir a Dios y al prójimo. Es vital que dediquemos nuestras manos al trabajo y evitar utilizarlas para robar y hacer otras acciones pervertidas.

3) Un Corazón Puro (Sal 24:3, 4). "¿Quién subirá al monte de Jehová?...el limpio de manos y puro de corazón...". Un corazón puro indica motivos rectos. ¿Por qué estamos alabando a Dios? ¿Son nuestros motivos rectos o tenemos motivos secretos?

"Acercaos a Dios y él se acercará a vosotros… y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones" (Stg 4:8). En este versículo, la frase doble ánimo está asociada con un corazón impuro.

Una persona de doble ánimo es aquella cuya mente (corazón, afectos) está puesta en dos cosas al mismo tiempo y, por tal razón, no puede ser una adoradora sincera.

Nunca debemos intentar adorar, a menos que nuestra mente esté puesta completamente en el Señor. El ofrecer alabanzas mientras nuestros pensamientos residen sobre otras cosas, es un insulto temerario a la Persona y Carácter de Dios.

4) Un Corazón Y Un Espíritu Humilde (Sal 51:17). "Los sacrificios de Dios, son el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios".

El "espíritu quebrantado" al cual David hace referencia, no es un quebrantamiento de alguien cuyo corazón esté triste o deprimido. El espíritu quebrantado se refiere a un espíritu que ha sido "quebrantado" por la influencia o tratos divinos.

Usted no puede montar un caballo hasta que lo "dome". Cuando está domado, el caballo se somete a la voluntad del dueño. Entonces, podrá ser guiado y montado; el jinete no será lanzado fuera del lomo de un caballo que ha sido domado.

Un espíritu quebrantado se refiere a uno que ha aprendido la disciplina y se rinde al Señorío de Cristo.
Un corazón contrito, es uno arrepentido y humilde. Esto describe la condición del corazón de David después que pasó por la experiencia de los juicios de Dios debido a su pecado de adulterio con Betsabé.

5) Reverencia Y Temor Santo [piadoso] (Sal 89:7). "Dios temible en la gran congregación de los santos, y formidable sobre todos cuantos están alrededor de Él".

5. Vestiduras
Tocante a vestiduras, no necesitamos usar indumentarias especiales como los sacerdotes del Antiguo Pacto, sin embargo, espiritualmente, hay un significado muy real en la idea de que debemos estar "vestidos" de la santidad divina.

a. Vestidos De La Salvación. En el Salmo 132:16, Dios dice que Él "...viste de salvación a sus sacerdotes...". Las vestiduras de lino que usaban los sacerdotes eran:

1) Para Cubrir La Desnudez Del Cuerpo. "Para que ninguna carne se gloríe en su presencia".

2) Para Ser Libres De La Maldición Y La Autosuficiencia. Dios estipuló el lino en lugar de la lana, pues el lino evita la transpiración, pero no así la lana; la transpiración es un símbolo de la maldición y de la autosuficiencia (Gn 3:19). Además, el lino se puede limpiar totalmente, pero la lana no.

b. Vestidos De Humildad. En 1 Pedro 5:5, somos exhortados a "vestirnos de humildad; porque Dios resiste a los soberbios..." el orgullo o arrogancia carnal no tiene lugar en la presencia de Dios.

c. Vestidos De Justicia. "…una gran multitud… que estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas, y con palmas en sus manos" (Ap 7:9).

Se nos dice en Apocalipsis 19:8 que el lino fino (túnicas blancas) es la justificación de los santos.

d. Vestidos De Poder. En Lucas 24:49, Jesús ordenó a los discípulos esperar en Jerusalén hasta que fueran dotados (vestidos) del poder de lo alto. Al igual que los antiguos sacerdotes eran ungidos con aceite (óleo) antes de iniciar sus ministerios, también nosotros tenemos que vestirnos con el poder del Espíritu, a fin de cumplir con nuestras funciones sacerdotales debidamente.

Jesús mismo no inició Su ministerio hasta que fue vestido del poder del Espíritu en el Jordán (Mt 3:16).

6. Ministros De Dios Para Servir Como Sacerdotes Del Nuevo Pacto.
a. A Nosotros Mismos
 "Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional" (Ro 12:1).

La presentación de todo nuestro ser a Dios, significa ser Suyos a plenitud y eternamente. Entonces, podemos bendecir y glorificar al Señor con todo nuestro ser interno (Sal 103:1).

Somos seres compuestos de tres partes: espíritu, alma y cuerpo. "Y todo vuestro ser, [1] espíritu, [2] alma y [3] cuerpo, sea guardado irreprensible…" (1 Ts 5:23).

David nos instruye: "Bendice, alma mía a Jehová… bendiga todo mi ser su santo nombre…" (Sal 103:1).

1) Espíritu. "Y mí espíritu se regocija en Dios mi Salvador" (Lc 1:47).

2) Alma. "Bendice, alma mía, a Jehová…" (Sal 103:1).

3) Cuerpo. "…todos [cuerpos] bendigan su santo nombre…" (Sal 145:21).

b. El Sacrificio De Alabanzas (He 13:15, 16). El término "sacrificio de alabanza" sugiere que no siempre es fácil o conveniente hacer esto. Tenemos que alabar a Dios en todo tiempo, y no sólo cuando sea fácil hacerlo. Nuestro sacrificio de alabanza es el "fruto de nuestros labios": alabanza que sea verbal (articulada): pronunciada audiblemente.


c. Demostraciones De Alabanzas. "…para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable" (1 P 2:9).

d. Nuestros Cánticos De Salmos, Himnos Y Canciones Espirituales. Una manera de mantener la vida llena del Espíritu, es cantando. Tres clases de cantos ministran al Señor: Salmos, himnos y canciones espirituales. Estos últimos, son cánticos espontáneos conferidos por el Espíritu que hablan a nuestra necesidad y ministran a la necesidad que tiene Dios de ser amado, adorado y loado (Ef 5:19; Col 3:16).

e. Nuestras Riquezas [bienes]. "Honra a Jehová con tus bienes, y con las primicias de todos tus frutos; y serán llenos tus graneros con abundancia, y tus lagares rebosarán de mosto" (Prov 3:9, 10).

Bajo el Antiguo Pacto, Dios requería que cuando los sacerdotes vinieran delante de Él, nunca fueran con las "manos vacías". Siempre deberían traer una ofrenda (1 Cr 16:29; Ex 23:15; 34:20; Dt 16:16, 17).

 

Nunca debemos ir ante Él con las manos vacías. Debemos acercarnos a Su trono con alabanzas, adoración y acción de gracias, expresándole nuestra alabanza con cantos llenos de regocijo y con nuestra sustancia.

derramamiento preparará la gran Cosecha final de preciosas almas.

B. OBSTÁCULOS PARA LA ALABANZA
Aun cuando la gente está persuadida de que la alabanza es bíblica, justa y apropiada, no siempre les resulta fácil empezar a alabar a Dios. Muchas excusas han sido ofrecidas a este respecto.

Las personas se esfuerzan en explicar el porqué no pueden alabar a Dios. Algunos pretenden disculparse basándose en su disposición o temperamento. Alegan timidez o el hecho de que no son "extrovertidos" o que no pueden exteriorizar lo que sienten.

El hecho es que la Biblia no disculpa a nadie sobre cualquiera de estas bases. David dijo: "Todo lo que respira alabe al Señor" (Sal 150:6). Si usted respira, entonces, está vivo y deberá alabar a Dios. Únicamente "los muertos no alaban al Señor..." (Sal 115:17).

Existen algunos obstáculos definidos para la alabanza, los cuales, Dios desea que confrontemos y superemos. No aceptará ninguno de ellos como una razón válida para no alabarle.

1. Pecado 
El pecado es el primer obstáculo o impedimento para la alabanza. Esa es la razón básica por la cual los inconversos no alaban a Dios. También es la razón por la que algunos cristianos no alaban a Dios.

El pecado sin confesar nos inhibe delante de la presencia de Dios. No nos sentimos libres, ni cómodos ante la presencia de Dios.

David dijo: "Si en mi corazón yo hubiera mirado la iniquidad [si estoy consciente de pecado en mi vida] el Señor no habría escuchado mi voz" (Sal 66:18). El pecado y la iniquidad nos apartan de Dios (Is 59:2), y perdemos cualquier tipo de comunión que hayamos disfrutado previamente.

La conciencia de pecado en nuestras vidas ata nuestras lenguas ante la presencia de Dios. La única cosa de la que podemos hablar libremente con Él, bajo tales circunstancias, es de nuestro pecado.

Hay una respuesta muy obvia a tal obstáculo: Confiese el pecado a Dios y acepte sinceramente Su perdón y purificación, de manera que las relaciones correctas puedan ser restauradas con Él, y la fluidez de la alabanza sea liberada (1 Jn 1:9).

2. Condenación
Aun cuando hayamos sido perdonados por el Señor, no siempre resulta fácil perdonarnos a nosotros mismos. Muchos cristianos siguen bajo condenación aun cuando Dios los ha perdonado gratuitamente, y todo porque no pueden perdonarse a sí mismos.

Esto a menudo resulta en un sentimiento de indignidad (falta de dignidad). La libertad para la adoración es inhibida. Tales cristianos, tienen la tendencia de "colgar sus cabezas" ante la presencia de Dios. La sensación de Su presencia hace que estén más conscientes de su indignidad. No se sienten afirmados en la misericordia y gracia de Dios, las cuales, Él ha obrado para restaurarlos.

Esa clase de actitud a menudo procede de estar más conscientes de sí mismos que de Dios. Si estamos examinando continuamente nuestros corazones con una actitud negativa, buscando siempre faltas y debilidades, lo más natural es que las encontremos. Nadie es perfecto.

Esa inspección demasiado crítica del yo personal, es poco saludable. Lo anterior, enfoca la atención en el yo en lugar de en Jesús.

La Biblia nos anima a "Poner los ojos en Jesús el autor y consumador de nuestra fe" (He 12:2). Esto logrará por lo menos dos cosas:

Primera, retira nuestros pensamientos y nuestra atención de nosotros mismos y los dirige hacia Jesús.

Segunda, entre más miremos a Jesús, entre más pensemos, meditemos y nos envolvamos en Su obra, más desearemos alabarle.

Así que, la alabanza comienza poniendo nuestros ojos en Jesús. Nuestra admiración y aprecio hacia Él aumentarán continuamente a medida que lo hacemos. Nuestra conciencia de Su dignidad aumentará en nuestro ser, lo cual, promoverá pensamientos de adoración y loores a Su nombre.

3. Mundanalidad
Oliver Cromwell definió una vez el término "mundanalidad" como "todo aquello que enfría mi afecto por Jesucristo". Mundanalidad es lo opuesto de espiritualidad. Es la situación que prevalece cuando nuestras mentes y pensamientos están centralizados en las cosas de este mundo, más bien que en las de Dios y las de Su Reino.

A las personas que tienen una mente mundana les es muy difícil y extremadamente ignominioso alabar a Dios. Ofende su sentimiento carnal de la dignidad. La cura de este problema reside en permanecer cada vez más centralizados en Cristo. A medida que nuestra conciencia y aprecio hacia Él vayan en aumento, nuestra mundanalidad irá disminuyendo en la misma proporción.

Uno de los síntomas de la mundanalidad es la obsesión por mantener la dignidad y el decoro, una hiper-conciencia del "qué dirán": demasiada preocupación por cuáles sean las reacciones de las personas.

Nuestra primera preocupación como cristianos, es complacer al Señor. Esto no siempre complace al hombre carnal. Si nos preocupamos demasiado con el deseo de complacer a los hombres y ganar su aprobación, corremos el peligro de desagradar a Dios.

4. Un Concepto Equivocado De Dios
Esto constituye frecuentemente un fuerte obstáculo para alabarle. Muchas personas tienen un punto de vista completamente negativo de Dios. Le ven como Alguien Quien constantemente trata de sorprenderles en alguna falta para proceder a condenarlas; consideran que está opuesto a todo lo que hacen. Creen que es muy difícil complacerle y recibir Su aprobación.

Ven a Dios como un ogro que está determinado a impedir que las personas se diviertan de alguna manera.

¿Cómo podría alguien jamás pensar en alabar a un Dios como ese?

La alabanza comienza a emerger en nuestros corazones, únicamente, cuando tenemos un concepto correcto de Dios. El Espíritu Santo tiene que mostrarnos a Dios tal como realmente es.

La lectura de la Palabra de Dios es una cura maravillosa para los conceptos erróneos que podamos tener de Él. No obstante, esto sucede únicamente cuando estamos dispuestos a que el Espíritu nos revele la verdad.

Muchos lectores de la Biblia tienen sus mentes cerradas ante la verdad. Un conocimiento verdadero de Dios, de seguro que nos guiará a la alabanza y adoración.

5. Tradiciones Religiosas
En los tiempos de Cristo muchos permitían que las tradiciones vanas de los hombres devaluaran la Palabra de Dios (Mt 15:6). Desgraciadamente, hay muchas personas hoy quienes hacen eso mismo.

Muchos creyentes se han criado en las llamadas tradiciones cristianas, las cuales, miran de reojo la alabanza y adoración. Tales tradiciones, condenan y tildan a la alabanza como simple emocionalismo.

Recuerde que "la religión reprime, mas la redención libera". Las personas aprisionadas en las tradiciones de los hombres, frecuentemente tienen conceptos erróneos de Dios también. Tienen el punto de vista de que Dios es un Ser extremadamente negativo. Es completamente insensible, austero y prohibitivo en lo que a lo emocional se refiere.

Los que creen en un Dios de tal naturaleza, se convierten en personas insensibles. La cura para esa situación radica en poseer el valor necesario para exponer intrépidamente las tradiciones a la luz de la Palabra de Dios, con una mente y corazón sinceros. Cuando el Espíritu Santo le revele el error de su tradición, esté dispuesto a abandonarla y abrazarse a la Palabra de Dios en su lugar.

6. El Orgullo
Este es otro impedimento para la liberación de la alabanza. Este es un problema muy difícil de resolver, pues somos negligentes en reconocer el orgullo o arrogancia que reside en nuestros corazones. Nuestro egoísmo personal no nos lo permite.

La Biblia nos dice: "Humillaos delante del Señor, y él os exaltará" (Stg 4:10).

Si no nos humillamos a nosotros mismos, Dios nos resistirá y quebrantará nuestra arrogancia. "…Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes" (1 P 5:5).

El orgullo está muy interesado en el concepto que uno tiene de su propia persona. Siempre procura que los demás piensen bien de ella; siempre quiere ser vista haciendo lo que se considera como justo y apropiado.

7. Temor Del Hombre
Proverbios 29:25 nos dice: "El temor del hombre pondrá lazo". El temor del hombre, sus pensamientos y opiniones, crean un lazo en el que muchos han sido atrapados.

"El temor de Jehová es el principio de la sabiduría" (Pr 9:10). Si realmente reverenciamos a Dios, nunca necesitaremos temer al hombre.

Debemos buscar siempre la manera de agradar a Dios en todas las cosas. De seguro que debemos alabarle a fin de lograr esto.

Si a los hombres no les gusta esto, ese es su problema. Nunca permita que sus opiniones le inhiban o estorben su deseo e intención de dar a Dios la alabanza que Él se merece.

8. Supresión Satánica
Finalmente, llegamos al más serio de todos los obstáculos, una supresión de la alabanza, inspirada por Satanás.

Es difícil para nosotros entender el odio profundo que Satanás siente hacia Dios, y cuánto aborrece escuchar a los cristianos alabarle.

Satanás desea la adoración que pertenece a Dios. Usted recuerda que en la tentación de Jesús, Satanás le pidió a Jesús que se inclinara y le adorara (Mt 4:9).

Fue la envidia, profundamente arraigada en el corazón de Satanás contra Dios, lo que produjo su caída. En su arrogancia (orgullo), se consideró mayor que Dios (Is 14:13, 14). Cada vez que escucha a los creyentes alabar y magnificar Su nombre, se llena de ira y celos. Esa es la razón por la cual él procura desanimar y suprimir toda clase de alabanza que se dirija a Dios.

Cuando una persona está bajo el control directo de Satanás o uno de sus demonios, es posible que ni siquiera pueda mencionar el nombre de Jesús. Cuando es animada a hacerlo, su garganta se le congela o paraliza.

La palabra no puede salir. Se ha notado que cuando el nombre de Dios es pronunciado en la presencia de tales personas, los demonios que están en su interior comienzan a encolerizarse.
Satanás reacciona violentamente ante la simple mención de tal Nombre. Sus víctimas, a veces no podrán articular palabra, caen desplomados al suelo, maldecirán o blasfemarán, su reacción es muy violenta contra la alabanza a Dios o a Jesús.

C. CONCLUSIÓN
Si alguna vez un cristiano percibe la influencia de cierta aversión hacia la alabanza, deberá examinar su corazón con sinceridad y honestidad. Deberá orar a Dios para que le revele la naturaleza de su problema espiritual, y qué cosa está restringiendo o bloqueando la fluidez de la alabanza en su vida.

Cuando esto haya sido descubierto, el creyente deberá arrepentirse y apartarse de tal impedimento. Deberá preparar su corazón para ser obediente a Dios, y magnificarle.

Si todavía parece imposible que la alabanza fluya con libertad, debe procurar la ayuda de algunos cristianos maduros y sensibles al Espíritu. Puede que haya una opresión satánica en su vida, la cual, necesite ser destruida. Hasta que algo de tal naturaleza no ocurra, la persona no podrá adorar a Dios con gozo y libertad.

 

La falta de capacidad para alabar y adorar a Dios, es indicio de que exista una rebelión o impedimento en algún lugar. Obviamente hay un problema básico que necesita ser resuelto. Siga buscando a Dios hasta que venga la victoria y sienta los ríos de alabanzas brotar libremente de lo más recóndito de su ser.

A. LA ALABANZA Y LA ADORACIÓN: HAY UNA DIFERENCIA
1. Acción De Gracias

La alabanza es principalmente la expresión de admiración y aprobación. En su sentido más pleno, incluye también la expresión de la gratitud y de acción de gracias por los favores recibidos. Así que, la alabanza y acción de gracias frecuentemente aparecen vinculadas.

Sin embargo, las formas más puras de alabanza no incluyen las gracias o gratitud. Son esencialmente expresiones de admiración y adoración con la finalidad de alabar al objeto que amamos, sin tener en cuenta los favores recibidos. Algunos creen que esta forma más elevada de alabar debe ser llamada “ADORACIÓN”.

2. Adoración
Por consiguiente, adorar a Dios es primariamente ensalzar Su persona, carácter, atributos y perfección. Es el asunto de Su adoración por quien es y lo que es, más bien que por lo que haya hecho, y lo que haya resultado en nuestro beneficio. “Dad a Jehová la gloria debida a su nombre; adorad a Jehová en la hermosura de la santidad” (Sal 29:2).

La alabanza es primeramente un conocimiento o conciencia interna de lo que es digno. Después, una expresión externa de ese aprecio interno. No se convierte en adoración hasta que encuentre expresión externa.

Mientras permanezca en el corazón y la mente, es admiración. Cuando encuentra su expresión y llega a ser articulada o visible, entonces, es adoración.

B. EXPRESIONES VOCALES DE ALABANZA Y ADORACIÓN
Hay muchas maneras bíblicas de expresar nuestras alabanzas a Dios. Examinemos ahora algunas de ellas.

Nuestra lista no pretende ser una demasiado detallada. Usted puede encontrar otras maneras que son igualmente basadas en las Escrituras. Creo que Dios desea que cada cristiano esté completamente libre en su espíritu para poder alabarle en todas y cada una de las maneras registradas en la Biblia.

Si usted está consciente de la alabanza dentro de su corazón, la cual, nunca ha recibido la expresión adecuada, permítame sugerirle que estudie estas diferentes expresiones. Examine las referencias bíblicas citadas y considere su contexto y significado en oración. Luego, PRACTIQUE cualquier expresión que esté considerando.

Por ejemplo, si está estudiando las referencias relacionadas con dar exclamaciones de alabanzas y siente deseo de articularlas, entonces, proceda a expresarlas libremente a Dios.

Descubrirá una tremenda liberación cuando lo haga. Algo en su ser interno será liberado. Una nueva dimensión de gozo quedará libre en su alma. Esto ocurre porque ha sido obediente a Dios en este aspecto, comenzando a alabarle de maneras innovadoras que Él ha establecido en Su Palabra.

Si alguna vez tuviera la oportunidad de enseñar estos principios de alabanza a otros, consiga que lospractiquen a medida que los enseñe. No esté contento con el mero hablar acerca de esos métodos de alabanza; ponga a las personas a participar y a poner en ejecución lo que está enseñando.

1. Alabando A Dios Con La Voz
“Para exclamar con mi voz de acción de gracias, y para contar todas tus maravillas” (Sal 26:7). “…de cómo yo fui con la multitud, y la conduje hasta la casa de Dios, entre voces de alegría y alabanza…” (Sal 42:4). “Mis labios se alegrarán cuando cante ante ti, y mi alma, la cual redimiste. Mi lengua hablará también de tu justicia todo el día…” (Sal 71:23, 24).

David proclamaba las alabanzas a Dios continuamente. Articulaba cosas como las que siguen: “Jehová es mi fortaleza y mi escudo; en él confió mi corazón, y fui ayudado, por lo que se gozó mi corazón, y con mi cántico le alabaré” (Sal 28:7).

También debemos cultivar el hábito de hablar acerca del Señor y de Sus maravillosas obras. Comience cada día articulando alabanzas a Dios. Dígale cuán grande y maravilloso es Él, lo mucho que le ama y aprecia. Dele las gracias por un nuevo día que le ha permitido ver, y continúe glorificándole por permitir que Su presencia le acompañe durante todas sus horas.

Emplee su voz, sus labios y su boca como instrumentos en cánticos de loor a Su gran nombre. Se sorprenderá de cuán rápidamente cultivará el hábito de alabanza.

“Bendeciré a Jehová en todo tiempo; Su alabanza estará de continuo en mi boca” (Sal 34:1).

“Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan, y digan siempre los que aman tu salvación: Jehová sea enaltecido” (Sal 40:16).

“Bendecid, pueblos, a nuestro Dios, y haced oír la voz de su alabanza” (Sal 66:8).

2. Dando Aclamaciones A Dios
La alabanza verbal o articulada de la que hemos hablado en la sección anterior sólo requiere el volumen normal de una conversación. Hablamos con Dios de manera de conversación, le platicamos respecto a la opinión que tenemos de Él, y le expresamos nuestra gratitud. Sin embargo, también hay ocasiones cuando es idóneo (apropiado) y bíblico levantar nuestras voces y dar aclamaciones a Dios. “ACLAMAD A DIOS con voz de júbilo”, dijo David en el Salmo 47:1.

Muchas personas conservadoras están muy opuestas a las exclamaciones o manifestaciones demasiado audibles (altas). Consideran que tal cosa es contraria al orden y dignidad.

Algunos se han atrevido a decir: “No hay necesidad de dar gritos o de hacer ruidos altos; Dios no está sordo”. A tal declaración debemos replicar: “Dios tampoco es nervioso”.

Hay un tiempo y lugar para las aclamaciones de gozo y para las expresiones de alabanzas en voz alta; así que, no debemos sentir temor cuando llegue tal momento.

“…En ti se regocijen los que aman tu nombre” (Sal 5:11).

“Alegraos en Jehová y gozaos, justos; y cantad con júbilo todos vosotros los rectos de corazón” (Sal 32:11).

“Canten y alégrense los que están a favor de mi justa causa…” (Sal 35:27).

“Tus sacerdotes se vistan de justicia, y se regocijen tus santos… Y sus santos darán voces de júbilo” (Sal 132:9, 16).

“Regocíjate y canta, oh moradora de Sion; porque grande es en medio de ti el Santo de Israel” (Is 12:6).

“Canta, oh, hija de Sion; da voces de júbilo, oh Israel; gózate y regocíjate de todo corazón, hija de Jerusalén” (Sof 3:14).

“Y la gloria de Jehová se apareció a todo el pueblo… y viéndolo todo el pueblo, alabaron, y se postraron sobre sus rostros” (Lv 9:23, 24).

“Aconteció que cuando el arca del pacto de Jehová llegó al campamento, todo Israel gritó con tan gran júbilo que la tierra tembló” (1 S 4:5).

3. El Cantar
“…Venid ante su presencia con regocijo” (Sal 100:2).
El cantar es una de las reacciones más simples y naturales, usada para magnificar a Dios. Es una expresión emocional espontánea de gozo. Siempre ha sido una expresión válida de alabanza entre el pueblo de Dios.

Inmediatamente después del éxodo del pueblo de Dios de Egipto, cuando Dios los llevó a salvo a través del Mar Rojo, María dirigió a los hijos de Israel en cánticos de alabanzas a Dios, quien les había librado de una manera maravillosa de manos de sus enemigos.

“Y María les respondía: Cantad a Jehová, porque en extremo se ha engrandecido; ha echado en el mar al caballo y al jinete” (Ex 15:21).

Hay muchas referencias sobre los cánticos a través de todas las Escrituras. Las siguientes son unas cuantas:

“…Yo cantaré a Jehová, cantaré salmos a Jehová, el Dios de Israel” (Jue 5:3).

“Por lo tanto, yo te confesaré entre las naciones, oh Jehová, y cantaré a tu nombre” (2 S 22:50).

“Cantad a él, cantadle salmos, hablad de todas sus maravillas” (1 Cr 16:9).

“Entonces el rey Ezequias y los príncipes dijeron a los levitas que alabasen a Jehová con las palabras de David y de Asaf vidente; y ellos alabaron con gran alegría y se inclinaron y adoraron” (2 Cr 29:30).

“Alabaré a Jehová conforme a su justicia, y cantaré al nombre de Jehová el Altísimo” (Sal 7:17).

“Me alegraré y me regocijaré en ti; cantaré a tu nombre, oh Altísimo” (Sal 9:2).

“Cantad a Jehová, que habita en Sion…” (Sal 9:11).

“Cantaré a Jehová, porque me ha hecho bien” (Sal 13:6).

“Engrandécete, oh Jehová, en tu poder; cantaremos y alabaremos tu poderío” (Sal 21:13).

“…Cantaré y entonaré alabanzas a Jehová” (Sal 27:6).

“Cantad a Jehová, vosotros sus santos, y celebrad la memoria de su santidad” (Sal 30:4).

“Cantadle cántico nuevo; hacedlo bien, tañendo con júbilo” (Sal 33:3).

“Cantadle a Dios, cantad; cantad a nuestro Rey, cantad; porque Dios es el Rey de toda la tierra; cantad con inteligencia” (Sal 47:6,7).

“Pronto está mi corazón, oh Dios, mi corazón está dispuesto; cantaré y trovaré salmos” (Sal 57:7).


“Pero yo cantaré de tu poder, y alabaré de mañana tu misericordia; porque has sido mi amparo y refugio en el día de mi angustia. Fortaleza mía, a ti cantaré; Porque eres, oh Dios, mi refugio, el Dios de mi misericordia” (Sal 59:16, 17).

“Así cantaré a tu nombre para siempre, pagando mis votos cada día” (Sal 61:8).

Hay muchas otras referencias relacionadas con el cantar alabanzas a Dios, pero las expuestas anteriormente son suficientes para darnos una idea sobre la importancia de cantarle himnos.

Cantar es una señal de alegría y satisfacción espiritual. Es una señal de gozo, la cual, indica complacencia por las oportunidades que le han tocado a uno en la vida.

Es una expresión saludable de emoción positiva, la cual, ministra fortaleza a todo nuestro ser. Dios se complace en escucharnos cantar Sus alabanzas.

a. Una Variedad De Cánticos. En Efesios 5:19 y Colosenses 3:16 se nos exhorta a cantar: “himnos y canciones espirituales... al Señor”.

El libro de los Salmos ha provisto una cantidad inmensa de materiales para la adoración en cantos, desde los antiguos himnos tradicionales hasta los coros más modernos que se han tomado directamente de ellos.

Los himnos también han provisto grandes temas para inspirar a la Iglesia, y suministrarle cánticos de alabanzas.

De alguna manera, los cánticos espirituales son diferentes de cada una de las categorías previas. Son cantos o himnos dados directamente por el Espíritu, y cantados espontáneamente a medida que Él inspira tanto las palabras como la melodía.

Tales cantos pueden ser entonados en el lenguaje de la persona que los articula, en cuyo caso son cantados “...con el entendimiento” (1 Co 14:15). En otras ocasiones, la letra puede ser en “otras lenguas”, en cuyo caso la mente de las personas es “sin fruto” (1 Co 14:14).

La mente no tiene un entendimiento natural de lo que se canta; con todo, al mismo tiempo tiene un conocimiento intuitivo de que el Espíritu está alabando y magnificando a Dios frecuentemente con “lenguas angélicas”.

En ambos casos, los cantos son completamente espontáneos y sin planificación. Las alabanzas son interpretadas por fe. El que canta, al escuchar al Espíritu de Dios dentro de su propio ser, sigue fielmente la melodía y palabras que Él le suple.

C. EXPRESIONES FÍSICAS DE ALABANZA Y ADORACIÓN
Además de las expresiones de alabanzas verbales y audibles, la Biblia cita muchas maneras en las que podemos usar las expresiones físicas para adorar a Dios.

1. Cuando Estamos De Pie
Permanecer de pie o erguidos, es siempre una señal de respeto. Si una persona de importancia entra en una habitación, los que ya están presentes se ponen de pie para honrarle y mostrarle respeto.

Muchas veces el Espíritu Santo nos inspirará para que nos pongamos de pie delante del Señor como un acto de adoración y reverencia. “Tema a Jehová toda la tierra; teman delante de él todos los habitantes del mundo” (Sal 33:8).

“Mirad, bendecid a Jehová, vosotros todos los siervos de Jehová, los que en la casa de Jehová estáis por las noches… Alabad el nombre de Jehová; alabadle, siervos de Jehová; los que estáis en la casa de Jehová, en los atrios de la casa de nuestro Dios” (Sal 134:1; 135:1, 2).

2. Levantando Las Manos
Levantar las manos es una señal universal de redención o sumisión.

Cuando las alzamos delante del Señor estamos reconociendo que nos sometemos completamente a Su voluntad.

Le decimos otra vez que somos suyos incondicionalmente. No sentimos deseo alguno de rebelarnos contra Él, ni tenemos armas en nuestras manos para combatirle.

Las personas que NO están completamente rendidas a Dios tienen grandes problemas a la hora de hacerlo, aunque aparente ser una cosa muy simple. Se resisten firmemente a esta manera de adoración. Sin embargo, una vez que lo hacen viene sobre ellos una gran liberación, la cual, muchas veces les habilita para expresar alabanzas de muchas otras maneras.

“Alzad vuestras manos al santuario y bendecid al Señor” (Sal 134:2). Es también una señal de un anhelo profundo de adorar a Dios. “Escucha la voz de mis súplicas, cuando clamo a ti, cuando alzo mis manos hacia tu santo templo” (Sal 28:2).
Es además simbólico de la sed espiritual que sentimos por Dios. “Extiendo mis manos a ti; mi alma tiene sed de ti, como una tierra sedienta” (Sal 143:6).

3. Batiendo Las Manos
Cuando alguien hace algo que merece nuestra admiración y aprobación, queremos dejárselo saber dando palmadas con nuestras manos. Por ejemplo, cuando un concertista de piano toca una pieza auténticamente hermosa que toda la audiencia disfruta muchísimo, usualmente, irrumpen en un aplauso espontáneo. Si desean expresar su aprobación con mucho más entusiasmo, a menudo se ponen de pie y aplauden con sus manos más intensamente. A esto es lo que llamamos una ovación de pie. Siendo que Dios es tan maravilloso, y ha hecho tantas cosas excelsas que merecen nuestra admiración y aprobación, ¿acaso sería extraño sentir el deseo de aplaudirle?

El Salmo 47:1 nos ordena batir las manos delante de Dios: “Pueblos todos, batid las manos...”. Es una señal de agrado, regocijo y aprobación.

4. Arrodillándose
A menudo cuando las personas se sienten tocadas por la sensación de la presencia gloriosa de Dios, caen de rodillas espontáneamente delante de la presencia de Dios. Ese es un gesto de reverencia y respeto al Todopoderoso.

“Venid, adoremos e inclinémonos: arrodillémonos delante del Señor nuestro Hacedor” (Sal 95:6).

Un día toda rodilla se doblará delante de Dios (Fil 2:10).

5. Caer Postrado Delante De Dios
Esta es otra forma extrema de cortesía (reverencia) y adoración. El caer delante de alguien o tenderse frente a él o ella es una señal de reverencia suprema. Es una forma de humillarse uno mismo para aumentar el sentido de elevación de Aquél delante de quien nos postramos.

6. Danzando
Siendo que el danzar es una forma de adoración altamente demostrativa y emocional, ha sido confrontada con gran oposición y críticas, sobre todo, de parte de las personas religiosas conservadoras. Debido a esta controversia, he conferido más espacio a la consideración de este tema.

Danzar implica (envuelve) el uso de todo el cuerpo para expresar alegría, alabanza y adoración delante del Señor. El término en hebreo y en griego traducido como “danzar” en las Escrituras, tiene una variedad de significados, incluyendo “saltar, brincar, levantar los pies”, etc.

Estas traducciones indican algo de la naturaleza espontánea y sin estructura del danzar. Este tipo de danzar no es usualmente efectuado en conformidad con movimientos prescritos y programados, sino que es una reacción simple y espontánea de gozo delante del Señor.

Un incidente tal como el registrado en Hechos 3:8, en el cual un hombre que había sido inválido antes, salió “...andando, y saltando, y alabando a Dios”, ahora puede verse en una luz diferente.

Esto es particularmente así cuando recordamos el papel integral que la danza siempre ha jugado en la adoración de los hijos de Israel.

“Alaben su nombre con danza…” (Sal 149:3).

“Alabadle con pandero y danza…” (Sal 150:4).

a. Ejemplos De Danzas En La Biblia
1) Para Celebrar La Salvación Y Liberación.
 “Y María, la profetisa, la hermana de Aarón, tomó un pandero en su mano, y todas las mujeres salieron en pos de ella con panderos y danzas” (Ex 15:20).

“Entonces volvió Jefté a Mizpa, a su casa; y he aquí su hija que salía a recibirle con panderos y danzas…” (Jue 11:34). Él regresaba de una gran victoria.

2) Para Regocijarse A Causa De La Restauración. Cuando el Arca del Pacto fue “restituida” a Jerusalén: “David danzó delante de Jehová Dios con todas sus fuerzas…” (2 S 6:14).

“Mical… vio al rey David brincando y danzando delante del Señor…” (2 S 6:16).

“Mical… vio al rey David danzando y tocando…” (1 Cr 15:29).

Jeremías profetizó con respecto a la gloriosa restauración venidera... “Entonces la virgen se gozará en la danza, los jóvenes y viejos juntamente. Porque yo tornaré su lamento en alegría, y los consolaré y les haré gozarse y abandonar su tristeza” (Jer 31:13).

Según Lamentaciones 5:15, sus danzas se habían tornado en lamentación cuando fueron llevados a la cautividad. En Jeremías 31:13, vemos que la danza fue restaurada cuando el pueblo fue liberado de la cautividad.

En Joel 1:12, vemos que la sequedad y la pena sobreviene al pueblo de Dios cuando “...el gozo es retirado de los hijos de los hombres”.

El gozo y la risa que acompaña el retorno de la cautividad es un testimonio para los gentiles respecto a que “Grandes cosas ha hecho Jehová con nosotros; estaremos alegres” (Sal 126:3).

3) La Danza En El Nuevo Testamento. Aquellas personas que se oponen a la danza en la Iglesia hoy día, han argumentado que todo esto era un fenómeno puramente del Antiguo Testamento, y que no tiene lugar en la Iglesia del Nuevo Testamento.

Sin embargo, cuando leemos el Nuevo Testamento también encontramos esta expresión.

Cuando el cojo fue sanado respondió con gran entusiasmo: “Y saltando, se puso en pie y anduvo; y entró con ellos en el templo, andando y saltando, y alabando a Dios” (Hch 3:8).

Cuando Pablo vio un hombre cojo en Listra, él “…dijo a gran voz: Levántate derecho sobre tus pies. Y el saltó y anduvo” (Hch 14:10). El salto que dio obviamente era una reacción gozosa ante su milagro de sanidad.

Una de las palabras griegas para alegría o gozo que aparece frecuentemente en el Nuevo Testamento es“agalliao”, que significa literalmente “saltar de gozo”.


No se trata de un tipo de gozo intenso e interno; por el contrario, es una expresión dinámica y emotiva de alegría inmensa, la cual, hace que uno “salte de gozo” literalmente.

Las siguientes son unas cuantas citas bíblicas donde aparece tal expresión en el Nuevo Testamento:

Jesús dijo: “Gozaos en aquel día, y alegraos [agalliao], porque he aquí vuestro galardón es grande en los cielos…” (Lc 6:23).

María dijo: “Mi alma engrandece al Señor y mi espíritu se regocija [agalliao] en Dios, mi salvador” (Lc 1:46, 47).

El carcelero “…se regocijó [agalliao] creyendo en Dios con toda su casa” (Hch 16:34).

“Sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis [agalliao] con gran alegría” (1 P 4:13).

Casi al final del Nuevo Testamento encontramos una exhortación que nos dice: “Gocémonos y alegrémonos [agalliao: saltar de gozo] y démosle gloria [a Cristo]; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado” (Ap 19:7).

Cuando el hijo pródigo le fue restaurado a su padre, hubo “música y danza” (Lc 15:25).

Cuando la restauración de todas las cosas tome lugar en conformidad con lo que predijeron los profetas (Hechos 3:21-24), de seguro que habrá una gran celebración en danzas de júbilo y regocijo jamás experimentada anteriormente (Jer 31:13).

b. Algunos Aspectos De La Danza En Las Escrituras: 
1) Es Espontánea Y Sin Sofisticación En Su Estilo.
 No tiene un modo altamente estructurado, práctico y preciso.

Se expresa saltando, brincando y dando vueltas. A veces iba acompañada de música instrumental (1 Cr 15:29; Sal 149:3). También era acompañada a veces por cantos (Ex 15:20, 21).

2) Puede Ser Practicada Por Un Individuo O Por Un Grupo. David danzó delante de Jehová Dios. María y TODAS las mujeres del pueblo danzaron.

3) No Significa Danzar Con Un Miembro Del Sexo Opuesto. María y todas las mujeres danzaron (Ex 15:20). Jóvenes y ancianos danzaron juntos (Jer 31:13).

4) No Hay Una Edad Límite. Jóvenes y ancianos pueden danzar juntos.

5) El Cantar Y Danzar A Menudo Se Ejecutaban Juntos. “¿No es este David, de quien cantaban en las danzas diciendo: Saúl mató a sus miles, pero David sus decenas de miles?” (1 S 29:5).

6) Hay Un Tiempo Apropiado Para Danzar. “Hay tiempo para lamentarse… y tiempo para danzar” (Ec 3:4).

7) Dios Ha Profetizado La Restauración De La Danza. “…y saldrás en alegres danzas” (Jer 31:4).

“Entonces la virgen se alegrará en la danza…” (Jer 31:13).

c. ¡¡ADVERTENCIA!! La danza o baile de naturaleza carnal también está asociada con la reincidencia (descarrío), la idolatría, inmoralidad y mundanalidad. (Por ejemplo: lea Éxodo 32:19 cuando el pueblo danzaba alrededor del becerro de oro) Satanás tiene siempre algo para falsificar o imitar cada cosa divina. Aquello que se emplea para falsificar sólo demuestra la realidad de lo que es genuino y original.

El hecho de que Satanás pueda falsificar algo, no significa que tengamos que dejar de practicar lo genuino.

7. Tocando Instrumentos Musicales
Los instrumentos musicales eran usados frecuentemente en la Escritura para expresar alabanza y adoración a Dios. También pueden desempeñar una parte vital en la adoración hoy día.

Somos exhortados a “Alabarle con el sonido de la trompeta; alabadle con salterio y arpa. Alabadle con címbalo y danza, alabadle con instrumentos de cuerda y de júbilo. Alabadle con címbalos resonantes” (Sal 150:3-5).

a. Tocando “En El Espíritu”. Aquellos músicos que ofrecen alabanzas con sus instrumentos, deberán procurar sobresalir al hacerlo. Tienen que aplicarse a sí mismos para “tocar los instrumentos con suma habilidad” (Sal 33:3). Esto no necesariamente implica que se tenga una habilidad de precisión. No es el ofrecimiento de una habilidad humana de gran destreza. Se trata de una habilidad o destreza espiritual, mas bien que de un talento natural. La destreza no sólo reside en tocar el instrumento, sino también en la interpretación que agrade al Espíritu. A esto es lo que llamamos “tocar en el Espíritu”.

1) Una Interpretación Hábil De David Con El Arpa apartaba los malos espíritus de Saúl (1 S 16:23).

2) Los Músicos Pueden Crear Una Atmósfera que conduzca a ejercer los dones espirituales.

3) 4,000 Músicos Alabaron Al Señor con sus instrumentos en la dedicación del Templo de Salomón (1 Cr 23:5).

“Y oí una voz del cielo, como la voz de muchas aguas, y como la voz de gran trueno. Y oí la voz de arpistas que tocaban con sus arpas y cantaban una nueva canción delante del trono…” (Ap 14:2, 3). Esto indica que hay instrumentos y músicos en el Cielo.

8. Silencio
En completo contraste con los sonidos de las canciones, de los instrumentos musicales, de la danza, etc., está la expresión de alabanza a través del silencio: “…Hay un tiempo para guardar silencio y un tiempo para hablar” (Ec 3:7).

No tema al silencio. A veces el Espíritu Santo trae un silencio sacro sobre la congregación. En esas ocasiones, éste se hace profundo y elocuente. A menudo hay una sensación grande de temor y reverencia durante esos períodos. Uno se puede poner de pie o permanecer sentado en silencio delante de Dios, contemplándole, adorándole y magnificándole. “Estad quietos, y conoced que yo soy Dios…” (Sal 46:10).

9. El Llanto
El llanto puede ser también una respuesta legítima de alabanza a Dios. No es el llanto que viene de la tristeza o de un corazón quebrantado, sino el que procede de la gratitud y de la acción de gracias. A veces cuando meditamos sobre la grandeza y bondad de Dios, la única respuesta apropiada a Su amabilidad es derramar lágrimas de gratitud.

No tema hacer esto, pues no es una señal de debilidad. Deje que sus lágrimas fluyan. Nuestra reacción humana es a menudo contener las lágrimas.

Sin embargo, llorar puede expresar, a veces, los deseos más profundos de nuestro ser en una forma que ninguna otra cosa podría hacerlo. En ocasiones produce una profunda liberación.

Tampoco es bueno darse al llanto demasiado, pues eso puede ser una señal de que algo anda mal en su ser interno. En tales casos, hay necesidad de sanidad interna.

Cuando Nehemías comenzó a leer y a exponer la Palabra de Dios, el pueblo lloró cuando la escuchó. Él dejó que lloraran por un tiempo, pero luego interrumpió su llanto, instruyéndoles a que: “fueran, comieran de la grosura y bebieran lo dulce… y que no estuvieran tristes; porque el gozo de Jehová era su fortaleza” (Neh 8:10).

El exceso de llanto debilita, mientras que el gozo de Jehová es como una fuente de fortaleza.

10. La Risa
Hay lo que conocemos como la risa santa, es decir, cuando un deseo de reír inspirado por el Espíritu de Dios viene sobre el creyente. Esta no es una reacción de algo humorístico que alguien haya dicho, sino más bien una expresión de un gozo tan sublime en el Señor que la única manera de expresarlo es a través de la risa.

“…Bienaventurados los que ahora lloráis, porque reiréis” (Lc 6:21).

Los hijos de Israel experimentaron esto cuando retornaron de la cautividad. “Entonces nuestra boca se llenó de risa y nuestra lengua de canciones…” (Sal 126:2).

“He aquí, Dios no aborrece al perfecto… Aun regocijo llenará tu boca de risa, y tus labios de júbilo” (Job 8:20, 21).

11. Las Marchas
Dios a menudo ordenaba a Su pueblo a que marchara. Probablemente el mejor ejemplo conocido de esto fue la marcha alrededor de Jericó (Jos 6:2-5). Israel marchó en respuesta al mandato de Dios, quien derribó las murallas de aquella ciudad a tierra.
Muchas murallas todavía se desploman cuando el pueblo de Dios marcha en respuesta a Su mandato; las murallas de la arrogancia, incredulidad, opresión espiritual, etc.

Josafat y su ejército marcharon cantando alabanzas a Dios, quien entregó a todos sus enemigos en sus manos a pesar de ser pocos en número (2 Cr 20:20-22).

Muchas congregaciones han marchado en torno a algo como respuesta a un impulso del Espíritu. El marchar alrededor del edificio de una iglesia puede ser considerado como una ridiculez para muchas mentes carnales, así como lo fue para los habitantes de Jericó. Sin embargo, muchas veces los resultados de marchas parecidas han obrado poderosos y dramáticos milagros.

Murallas de gran altura como la esclavitud, el orgullo y la amargura, han caído derrumbadas a tierra. Este tipo de marcha a menudo ha sido llamado “La Marcha de Jericó”. Otros la llaman una “marcha de gloria”.

La comprometida de Cristo es representada como un ejército que marcha hacia la victoria unido (Cnt 6:4, 10).

12. El Regocijo
El regocijarse en el Señor es otra manera de alabarle... Cuando Nehemías entró a la presencia del rey con un rostro triste, el rey supo inmediatamente que algo drástico andaba mal (Neh 2:1). Él dijo: “”Nunca antes me había visto triste, así que, me preguntó: ¿por qué te ves tan triste? No estás enfermo, así que, debes sentirte apenado” (Neh 2:2).

Nehemías estaba muy atemorizado. Presentarse ante el rey con un rostro triste parecía ser una indicación de que era infeliz en su servicio. Eso era como un insulto a su majestad, y él no lo toleraría. Esa era la razón por la cual Nehemías estaba atemorizado. Él se dio prisa en explicar al rey el porqué su rostro estaba apesadumbrado, y que ello, no tenía nada que ver con las condiciones bajo las cuales le servía.

Nadie se atrevía a presentarse ante el rey con un aspecto triste; sin embargo, muchos cristianos van delante del Rey de reyes con disposiciones o semblantes quejumbrosos. El hacer tal cosa es un insulto a Dios. Es una indicación o señal de que no estamos satisfechos con nuestra posición en Su reino.

La manera apropiada de aparecer delante del Rey es mostrando regocijo o alegría. Eso indica que estamos complacidos con nuestra posición.

Estamos agradecidos por el honor que se nos ha conferido: el ser siervos del Rey. El pueblo de Dios era advertido con frecuencia: “Os regocijaréis delante de Jehová vuestro Dios…” (Dt 12:12).

Dios estaba instituyendo un lugar donde Él pudiera congregarse con ellos. “Entonces habrá un lugar que Jehová vuestro Dios escogerá para hacer que Su nombre more en él; allí llevaréis todo lo que yo os ordeno; vuestras ofrendas quemadas y vuestros sacrificios, vuestros diezmos y las ofrendas de vuestra mano y todos los votos voluntarios que hayáis hecho al Señor. Y os regocijaréis delante de Jehová vuestro Dios, vosotros, vuestros hijos, vuestras hijas y vuestros siervos…” (Dt 12:11, 12).

Así decretó Dios que cuando entremos en el lugar que ha aparejado para que nos congreguemos con Él, es nuestro deber hacerlo con regocijo. David comprendió esto cuando dijo: “Entraré por tus puertas con acción de gracias y en sus atrios con alabanza…” (Sal 100:4).

Cuando los hijos de Israel guardaban las Fiestas de Jehová, lo hacían con gran regocijo delante de Su presencia. “…y os regocijaréis delante de Jehová vuestro Dios…” (Lv 23:40).

Regocijarse es una manera de expresar acción de gracias y alabanza. Cuando damos un regalo a alguien, su alegría es una indicación de su placer y agradecimiento.

Por lo tanto, cuando nosotros nos gozamos delante del Señor, expresamos nuestro placer y agradecimiento en Él. Es lamentable que tantas iglesias hayan inculcado o interiorizado la idea de que la reverencia es solemnidad, quietud y sobriedad.
Parecen sentir que expresar el gozo y la alegría es el colmo de la irreverencia. Nada podría estar tan lejos de la verdad.

Los cristianos deberían ser la gente más gozosa en la comunidad. Su regocijo debería ser obvio ante todos. Los cultos o servicios de la iglesia deben ser una celebración de alegría. De seguro que atraería muchas personas, ya que así, reflejaría más fielmente la verdadera naturaleza de Dios.

En lugar de ello, muchas iglesias modernas lo que hacen es repeler a las personas no creyentes con su frialdad y sequedad. Demuestran ser demasiado solemnes y pesadas. La atmósfera es demasiado fría y formal. Las personas se comportan de una manera falsa, religiosa y antinatural. Esto no debería ser así. Tornémonos de nuevo al espíritu de celebración delante del Señor.

Hay muchas maneras de expresar nuestro regocijo: por medio de cantar melodías alegres en lugar de cantos fúnebres o quejumbrosos, levantando las manos, dando palmadas y danzando.

Gozarse en el Señor nos hará estar mucho más relajados en Su presencia. Necesitamos menos formalidad y más realidad. Este mundo es un lugar lo suficientemente lúgubre, y no hay necesidad de agregarle nuestra tristeza. Esforcémonos en hacer que resplandezca, pues somos la luz del mundo.

En el Nuevo Testamento, el término griego agallia (discutido previamente, vea la sección que trata sobre la “danza”) se traduce como ”regocijo”. Esto significa literalmente “saltar de alegría”, gozarse enormemente, estar muy contento y lleno de extrema felicidad.

He aquí una expresión de regocijo que es libre, espontánea y expresiva, tan libre, que podría hacernos saltar y brincar de gozo con un deleite infantil.

Elementos Vitales De La Alabanza

A. ¿QUÉ ES ALABANZA?
Si pudiéramos analizar y anatomizar la alabanza, ¿Qué descubriríamos en su núcleo? ¿Cuál es la esencia, la sustancia y la naturaleza de la alabanza? ¿De qué consiste la verdadera alabanza? ¿Cuáles son los elementos vitales envueltos? Demos un vistazo, primero, a algunas de las palabras en el Antiguo Testamento que son traducidas como “alabanza”, a fin de descubrir algo acerca del significado y esencia que tienen la intención de comunicar.

1. Términos Del Antiguo Testamento Traducidos Como “Alabanza”.
a. Hallal.
 Esta es la palabra usada con mas frecuencia en el Antiguo Testamento para alabanza. Aparece unas 88 veces. Su significado principal es “producir un sonido claro”. Otro significado adicional es “magnificar, celebrar, regocijarse, gloriarse en algo...”.

Por consiguiente, la verdadera alabanza tiene que tener un sonido claro y definido. No debe existir confusión en cuanto a la intención que se tiene. Tiene que ser claramente reconocible “identificable” por lo que es. Es una nota de celebración, una manera de jactarse o gloriarse en el Señor.

b. Hilluwi. Hilluwi (se deriva de Hallal) es una “celebración de acción de gracias por la conclusión de cosechas”. Tal loor o alabanza debe ser expresado con gran alegría.

Una escena posterior a la cosecha en cualquier país agrícola, ilustraría la esencia de esa palabra. Los extensos meses de espera ansiosa ya terminaron. La cosecha ya ha sido recogida y almacenada en el granero. El arduo trabajo concluyó, las herramientas ya han sido colocadas en su lugar y los frutos fueron asegurados en el almacén. Ahora es tiempo de celebrar la culminación próspera de la cosecha. Es tiempo de júbilo y festividad.

El cantar y danzar son el orden del día. El regocijo o gozo es una expresión de gratitud o alabanza.

c. Tehillah. Es otro vocablo procedente de Hallal. En esta ocasión el énfasis reside en los cantos. De esa manera, comenzamos a cantar nuestro Hallal, nuestra celebración. Cantamos cánticos claros de alabanzas a Dios. Celebramos por medio de expresarle nuestra gratitud en cánticos.

Los himnos y cantos deben ser cánticos de loor a Dios, y articulados con claridad. Tenemos que hacer alarde de Él, tanto en palabras como en la música.

d. Shabach. Esta palabra significa “dar exclamaciones a toda voz”, dar un grito de victoria, gloriarse en la victoria”. La alabanza no siempre tiene que expresarse dando exclamaciones altas. Sin embargo, hay ocasiones en las que una exclamación de triunfo es la única manera apropiada para alabar a nuestro Dios. Salmo 47:1: “Aclamad a Dios con voz de júbilo”. Cuando tal ocasión emerja, no se sienta desalentado; deje que su aclamación de alabanza resuene.

e. Zamar. El significado es “tocar o interpretar instrumentos de cuerda”. Aquí hay una referencia obvia de alabar a Dios con instrumentos musicales. También da la sensación de “cantar alabanzas con el acompañamiento de instrumentos musicales”. ¡Cuán maravilloso es tocar toda clase de instrumentos musicales para loar a Dios, produciendo una gloriosa antífona de alabanzas a Su gran nombre!

f. Yadah. El significado primario es “confesar palabras de agradecimiento”. Sin embargo, también comunica la idea de “levantar o extender las manos” en acción de gracias a Dios.

g. Towdah. Esta palabra procede de la misma raíz que Yadah, y tiene, obviamente, un significado muy similar aunque es todavía más específico: “la extensión de las manos en adoración y expresión de gratitud”.

h. Barak. Significa “arrodillarse en adoración”. En esta posición o postura, el cuerpo completo expresa una adoración profunda. Arrodillarse delante de alguien es manifestar humildad, demostrando de esa manera, que la posición y dignidad de tal persona son superiores.

2. Ingredientes De La Alabanza
Consideremos por un momento algunos de los ingredientes o componentes que notamos en estas formas de alabanza.

a. Expresiones Físicas. Son las reacciones físicas y demostraciones de percepciones espirituales. La alabanza y adoración son inicialmente una respuesta interna del corazón a la revelación de Dios y Su grandeza. Para que éstas lleguen a ser alabanzas genuinas, tienen que ser manifestadas.

b. Sonidos Audibles. La excepción posible es BARAK, arrodillarse en adoración; tal postura de adoración podría ser demostrada silenciosamente. Sin embargo, también podemos arrodillarnos y cantar o dar aclamaciones a Dios.

c. Acción Física. La alabanza demanda o requiere una participación activa de tipo físico. No siempre puede ser silenciosa e inactiva. La alabanza es algo que HACEMOS.

d. Liberación Emocional. Alabar a Dios NO es un ejercicio emocional; es una actividad espiritual. Sin embargo, requiere liberación emocional.

Demasiados cristianos sienten temor de las expresiones emocionales. Ellos siempre tratan de suprimirlas, creyendo que son carnales o físicas. Las expresiones bíblicas de las alabanzas requieren una liberación emocional positiva y controlada.

Dios nos dio las emociones, y su propósito es para que le glorifiquemos. David dijo: “Bendice alma mía a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre” (Sal 103:1). Eso incluye nuestras emociones. Las emociones humanas tienen que tener expresión.

Si no proveemos una liberación positiva y saludable a las mismas, entonces, produciremos una liberación negativa e insalubre (malsana). Alabar a Dios es la manera más saludable de liberar sus emociones. Es la manera ordenada por Dios.

e. Reverencia. Toda expresión genuina de alabanza debe ser reverente. Reverenciar es honrar y estimar a alguien con propiedad (debidamente).

Nunca se deberá permitir que las formas de alabanza degeneren en excesos irreverentes. Alabar a Dios NO es una mera forma de gozarnos a nosotros mismos.

La alabanza no es primariamente para el gozo o regocijo del hombre, aunque sí disfrutamos de su expresión. Es, y siempre deberá ser, una manera de expresar reverencia a Dios.

Al liberar nuestras emociones libremente en alabanzas, lo cual es tanto bíblico como legítimo, debemos evitar cuidadosamente los excesos y no dar un espectáculo carnal. La reverencia genuina es siempre un componente esencial de la alabanza.

B. ¿POR QUÉ DEBEMOS ALABAR AL SEÑOR?
El Salmo 47:7 dice: “Cantad con inteligencia”. Debemos saber la razón por la cual ofrecemos alabanzas a Dios.

Las siguientes son algunas de las razones bíblicas del porqué debemos hacerlo:

1. Por Quién Es Él
“Cantad a JEHOVÁ...” (Sal 149:1). En otras palabras, alabadle porque Él es DIOS. Es la autoridad suprema, el poder máximo, el Rey de todos los reyes y Señor de todos los señores.

Él fue antes de la creación de todas las cosas, pues Él es Creador de todas ellas, por lo tanto, es mayor que todo lo creado.

“Grande es Jehová, y digno de ser en gran manera alabado...” (Sal 48:1; 96:4).


2. La Alabanza Glorifica A Dios
“El que sacrifica alabanza me honrará...” (Sal 50:23). Por supuesto que ese debería ser el gran deseo de todo el pueblo de Dios: Glorificarle.

3. Porque Dios Nos Lo Ordena
“Cantad a Jehová...”, no es una sugerencia, ni una súplica, sino más bien un mandamiento.

4. Por Todos Sus Beneficios
“Bendice, alma mía, a Jehová... no olvides ninguno de sus beneficios...” (Sal 103:2).

5. Por Su Bondad 
“Alaben la misericordia de Jehová” (Sal 107:21).

6. Por Sus Poderosas Obras
“Alabadle por sus proezas” (Sal 150:2).

7. Es Bueno
“Bueno es alabarte” (Sal 92:1, 2; 147:1).

8. Él Es Digno
“Jehová es digno de ser alabado” (2 S 22:4; Sal 18:3).

9. La Alabanza Engrandece A Dios (Sal 69:30)

10. La Alabanza Es Apropiada 
“La alabanza es hermosa, para los justos” (Sal 33:1): El término “hermosa” significa apropiada, justa, idónea, digna, provechosa. Desdichadamente, algunos cristianos parecen creer que alabar a Dios es incorrecto e impropio. Se sienten más preocupados por la idea de que la gente les tenga en poco. Por alguna causa, sienten que la dignidad es la actitud apropiada para los cristianos.

Sin embargo, la Biblia sostiene el punto de vista opuesto. Dios dice que la vestidura de la alabanza es la que más se ajusta a nosotros. El gozarse en Dios y alabar Su nombre es idóneo y apropiado en Sus hijos. Yo prefiero tener la aprobación de Dios antes que la de los hombres.

11. Dios Habita En Medio De La Alabanza
“Dios mora en medio de la alabanza de su pueblo” (Sal 22:3). El Santo De Israel habita en medio de nuestras alabanzas. Si nuestro corazón está lleno de alabanzas, también lo estará el de Dios, pues Él habita en medio de ellas.

Esto también es una realidad en nuestro hogar o iglesia. Mantengámoslos saturados de alabanzas y de seguro que la presencia de Dios nunca se apartará de ellos.

Podemos rodearnos con la presencia de Dios por medio de cultivar la actitud de alabanza. Entonces, estaremos más conscientes de Su presencia que de los problemas, dificultades y circunstancias adversas.

12. La Alabanza Genera Poder.
David nos dice en el Salmo 84:4-7: “Bienaventurados los que habitan en tu casa: Perpetuamente te alabarán… Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas… Irán de poder en poder…”.

El hombre que alaba a Dios, de seguro que tiene Su poderío a la disposición. También disfrutará de Su gozo a plenitud a través de la alabanza, y el gozo de Jehová es su fortaleza (Neh 8:10).

13. Para Recibir Las Peticiones Correctas
“Deléitate así mismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón“ (Sal 37:4).

Muchas personas dicen: “¡Si Dios me concede las peticiones de mi corazón, le alabaría siempre!”, pero el orden divino es todo lo contrario a eso.
Le alabamos y nos deleitamos en Él primero; Él nos concede las peticiones de nuestro corazón. Dios coloca deseos santos en el corazón que le alaba, y es por eso que tenemos deseos correctos. Las prioridades de quienes le “alaban” están en orden, y entonces, Dios se deleita en conceder tales peticiones.

14. La Alabanza Precede A La Victoria
El Rey Josafat dirigió al pueblo de Dios a la batalla contra sus enemigos. Dios le instruyó a que nombrara cantantes que alabaran a Dios (2 Cr 20).

Ellos iban al frente del ejército alabando a Dios y diciendo:

“Glorificad a Jehová, porque Su misericordia es para siempre. Y cuando comenzaron a entonar cantos de alabanza, Jehová puso contra los hijos de Amón, de Moab y del monte de Seir, las emboscadas de ellos mismos que venían contra Judá, y se mataron los unos a los otros” (2 Cr 20:21, 22).

¡Imagínese un ejército siendo dirigido por un coro! ¡Qué espectáculo tan extraño para la mente natural: ver un ejército siendo dirigido a la batalla de tal manera!

Pero la Biblia dice: “Las armas de nuestra guerra no son carnales; son lo suficientemente fuertes como para derribar fortalezas” (2 Co 10:4).

A medida que nos enfrentamos a nuestro enemigo, necesitamos entender de manera renovada el poder de la alabanza, y salir a la batalla alabándole sonoramente con nuestra boca. Entonces, podremos esperar ver la gran salvación de Dios.

El pueblo que aprende a alabarle de corazón sincero, es aquél que experimentará a plenitud Su presencia y poder.

C. ¿QUIÉN DEBERÁ ALABAR AL SEÑOR?
1. Todos Los Hombres De Todas Las Partes Del Mundo (Sal 145:21; 148:11-13)

2. Toda Carne (Sal 145:21)

3. Todo Lo Que Respira (Sal 150:6)

4. El Pueblo De Dios (Sal 79:13)

5. Los Justos (Sal 140:13)

6. Los Santos (Sal 145:10)

7. Los Redimidos (Sal 107:1, 2)

8. Los Que Temen A Dios (Sal 22:23)

9. Aquellos Que Conocen Y Creen La Verdad (1 Ti 4:3)

10. Los Siervos De Dios (Sal 113:1; 134:1; 135:1)

11. Todos Sus Ángeles (Sal 148:2)

12. Toda La Naturaleza (Sal 148:3-10)

D. ¿CUÁNDO DEBEMOS ALABAR A DIOS?
1. Desde La Mañana Hasta La Noche

“Desde el nacimiento del sol hasta donde se pone, sea alabado el nombre de Jehová” (Sal 113:3).

2. Todo El Día
“Se llena mi boca de tu alabanza, de tu gloria todo el día” (Sal 71:8).

3. Todo El Tiempo Que Vivamos (Sal 146:2)

“Cantaré salmos a mi Dios mientras viva…”

4. En Todo Tiempo
“Su alabanza estará de continuo en mi boca” (Sal 34:1).

5. En Tiempos De Depresión
“¿Por qué te abates, oh alma mía, y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aun he de alabarle, salvación mía y Dios mío” (Sal 42:11).

6. En Todo
“Dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo” (Ef 5:20).

E. ¿DÓNDE DEBEMOS ALABAR A DIOS?
1. En Medio De La Congregación

“EN MEDIO DE LA CONGREGACIÓN te alabaré” (Sal 22:22).

2. Entre Los Pueblos
“Te alabaré ENTRE LOS PUEBLOS oh Señor” (Sal 57:9).

3. En Sus Atrios
“Entrad POR SUS ATRIOS con alabanza” (Sal 100:4).

4. En La Congregación De Los Ancianos
“Exáltenlo en la congregación del pueblo, y EN LA REUNIÓN DE ANCIANOS lo alaben” (Sal 107:32).

5. Entre Las Naciones
“Te alabaré, oh Jehová ENTRE LOS PUEBLOS; a ti cantaré salmos ENTRE LAS NACIONES” (Sal 108:3).

6. Entre Las Multitudes
“Y en MEDIO DE MUCHOS le alabaré” (Sal 109:30).

7. “...EN LA CONGREGACIÓN...”
(Sal 149:1).

8. “...EN EL SANTUARIO...”
(Sal 150:1).


 D. RESUMEN

Recuerde que estas expresiones de alabanzas son meritorias únicamente si son expresadas con sinceridad de corazón.

El mero seguir la rutina, como un aparato mecánico, no constituye la verdadera alabanza. Estas expresiones de alabanzas son simplemente un medio de dar expresión externa a la admiración, acción de gracias y reverencia que están en nuestro interior.

Ministrando Al Señor: Adoración

A. TODO CREYENTE UN SACERDOTE
Todo creyente es un sacerdote según el plan del Nuevo Testamento.

"Vosotros Sois un pueblo escogido, un sacerdocio real, una nación santa. Sois un pueblo especial que pertenece a Dios. Habéis sido elegidos para declarar Sus alabanzas – porque Él os ha llamado sacándoos de la oscuridad y llevándoos a Su luz maravillosa" (1 P 2:9).

Este es un hermoso cuadro verbal de la Iglesia de Jesucristo. Somos un pueblo elegido, llamado para ser sacerdotes reales en la Iglesia. "Y nos ha hecho reyes y sacerdotes para Dios y su Padre…" (Ap 1:6).

Como "sacerdocio real" tenemos un ministerio sacerdotal que es amplio y maravilloso en su operación. Las funciones de este ministerio son de naturaleza triple:

1. Ministrando al Señor

2. Ministrándonos los unos a los otros y

3. Ministrando al mundo

Sólo hay una manera de cumplir una tarea tan grande como lo es la de ministrar al mundo, por medio de que cada miembro de la Iglesia se convierta en uno que ministre. Cada miembro debe desempeñar un papel de servicio en la Iglesia. "Cristo nos ha convertido en un reino de sacerdotes para servir a Su Dios y Padre… y gobernaremos y reinaremos en la tierra" (Ap 5:10).

B. NUESTRO MINISTERIO EN ADORACIÓN
Todo ministerio cristiano debería comenzar ministrando al Señor. "La Adoración a Dios" debe ser el manantial del que brote nuestra "obra para Dios".

Nuestro ministerio sacerdotal a Dios envuelve 4 funciones principales:

1. Oración

2. Alabanza

3. Acción de gracias

4. Adoración

Todas estas funciones tienen un propósito específico. Sin embargo, en este artículo las reuniremos bajo el encabezar general de "adoración".

Dios es nuestro amado Padre celestial. Por sobre todas las cosas, Él desea nuestro amor y nuestra adoración. La adoración habla de "dignidad". Dios es "digno" de nuestro amor porque Él nos amó primero, y Su amor fue muy grande (1 Jn 4:19).

Los fariseos una vez intentaron engañar y atrapar a Jesús mediante una pregunta astuta y difícil. Le preguntaron: "¿Cuál es la ley o el mandato de Dios más importante?" Jesús inmediatamente los avergonzó con una respuesta muy sencilla, pero poderosa: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el mandamiento primero y más grande" (Mt 22:37, 38).

Amamos lo que adoramos y adoramos lo que amamos. Nuestra adoración a Dios brota de nuestra comunión con Él.
Como Padre, Dios desea que tengamos comunión con Su familia. Desea y espera que respondamos a Su santo amor con nuestra oración, alabanza y adoración. Cuando nos acercamos a Él, Él se acerca a nosotros (Lea Stg 4:8).

De hecho, el Salmista David dijo: "Dios vive y mora en las alabanzas de Su pueblo" (Sal 22:3).

La adoración a Dios y la comunión con Él, están divinamente ligadas entre sí. No se puede tener una sin la otra.

C. ADORADORES LUEGO OBREROS
Muchos sienten que el mayor deseo de Dios es el de tener "obreros". Esto no es verdad. Jesús dijo claramente a Sus discípulos que el Padre estaba buscando gente que Lo adorara en Espíritu y en verdad (Lea Juan 4:23).

Nuestro llamado mayor y más alto es el de adorar a Dios antes que cualquier otra cosa. Si lo hacemos, Dios no sufrirá por falta de obreros. Los adoradores verdaderos siempre se convierten en obreros verdaderos. El amor verdadero siempre busca complacer y hacer la voluntad del ser amado.

Esta verdad se ve claramente en la historia familiar de María y Marta (Lea Lucas 10:38-42). Marta estaba en la cocina trabajando y preocupándose. María estaba a los pies de Jesús adorando y aprendiendo a escuchar. Jesús dijo que la parte de María era la más importante y que no le sería quitada.

Los cristianos no han sido en primer lugar "salvados para servir", sino "llamados para adorar". El Señor desea esto antes que todo, antes que cualquier otra cosa. Si no entramos en un ministerio para con el Señor, nunca tendremos un ministerio efectivo entre unos y otros, ni con el mundo.

1. La Iglesia En Antioquía
La Iglesia en Antioquía demuestra que la adoración debe ser lo primero en importancia aun antes que el servicio. Era una iglesia "obrera", pero antes que su trabajo estaba su adoración.

¿Qué estaba haciendo la iglesia antes de que Pablo y Bernabé fueran escogidos por el Espíritu y enviados como "obreros" al campo misionero? Estaban adorando a Dios.

"Mientras estaban adorando al Señor, y ayunando, el Espíritu Santo dijo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a la que los he llamado" (Hch 13:2).

Es interesante notar que Hechos 13:1 nos dice que había profetas y maestros en la Iglesia. Está claro que su prioridad de ministerio no era profetizar, ni enseñar, sino adorar. Todos estaban adorando (realizando un ministerio para con el Señor). Del ministerio de adoración fluía la palabra profética de Dios referente a la obra.

Los pasos o etapas estaban ordenados claramente de esta manera:

a. Adoración. Primero, había "adoración" para el Señor.

b. Palabra. Segundo, había una "palabra" del Señor.

c. Obra. Tercero, estaba la "obra" del Señor.

¡El ministerio al mundo comienza como un ministerio al Señor!

2. ¡No Adoración, No Lluvia!
La prioridad divina de adoración se ve en esta palabra profética procedente de los labios de Zacarías:

"Vendrá a pasar que cualquiera… que no suba a Jerusalén a adorar al Rey, al Señor de los ejércitos, no recibirá lluvia" (Zac 14:17).

El principio resulta claro: No hay adoración, no hay lluvia. La actividad sin adoración producirá muy poca cosecha, no importa lo duro que trabajemos. ¿Por qué? Se necesita la lluvia del Espíritu de Dios para producir la cosecha. Sin nuestra propia adoración, no tendremos lluvia. Si no tenemos tiempo para adorar, nuestro tiempo de trabajo producirá muy poco fruto.

El orden divino de Dios es primero adorar y después trabajar. El ministrar al Señor trae las bendiciones de Su Espíritu sobre nuestros esfuerzos. El Señor está mucho más interesado en nuestras relaciones con Él, que en nuestra obra por Él.

D. ADORANDO AL PADRE EN ESPÍRITU Y EN VERDAD
Durante siete siglos, los judíos y los samaritanos habían estado discutiendo acerca del lugar más apropiado para la adoración.

Mientras atravesaba Samaria, Jesús se encontró con una mujer en un pozo. Para gran sorpresa de ella, empezó a hablarle acerca del deseo profundo que sentía en el corazón para con Dios.

En su conversación, la mujer sacó a la luz la antigua pregunta acerca de cuál era el lugar correcto para adorar. Escuchemos la plática que tuvieron entre ellos: "Señor, puedo ver que eres profeta. Nuestros Padres adoraron en esta montaña, pero los judíos pretenden que el lugar en el que tenemos que adorar está en Jerusalén. ¿Quién tiene razón?

Créeme mujer, contestó Jesús, viene una época en que no se adorará al Padre ni sobre esta montaña ni en Jerusalén… Viene una época - y ya ha llegado - en que los adoradores verdaderos adorarán al Padre en espíritu y verdad. Esa es la clase de adoradores que el Padre busca" (Jn 4:19-23).

1. Dos Partes Necesarias
De estas palabras de Jesús, la adoración puede dividirse claramente en dos partes:

a. ESPÍRITU... que es la parte de Dios.

b. VERDAD... que es la parte del hombre.

En otras palabras, tanto Dios como el hombre tienen una parte que realizar para que la adoración sea completa.

2. La Parte De Dios En La Adoración
La parte de Dios en la adoración, envuelve tanto a Su Hijo como a Su Espíritu. El autor de Hebreos habla del papel que Jesús tiene en nuestra adoración. Cita un salmo de David en el que el salmista habla con referencia a Cristo:

"Padre, presentaré tu nombre a Mis hermanos. En medio de la Iglesia, cantaré alabanzas a Ti" (He 2:12).

Este versículo plantea una interesante pregunta para que lo consideremos. ¿Cómo cantará alabanzas Jesús al Padre en medio de la iglesia?

a. La Canción De Adoración De Jesús. Yo creo que lo hace a través de nuestros labios, utilizando nuestras voces como Sus ríos de adoración al Padre que fluyen desde nuestro interior.

La "persona" de Jesucristo está ahora a la diestra del Padre. La "presencia" del Señor, sin embargo, está en nosotros a través de Su Espíritu.

Así que, cuando el Espíritu nos unge para adorar, la oración de alabanza de Jesús puede llenar nuestras bocas y corazones. Cuando nos sometemos a la acción de Su Espíritu sobre nosotros, estamos adorando al Padre en Espíritu.

Esta es la verdadera "canción del Señor", porque cuando el Espíritu está llenando nuestro espíritu con la adoración de Jesús, nosotros a la vez la expresamos al Padre con nuestras voces.

Esto sucedió en el Antiguo Testamento. Durante el reinado de Ezequías se desató un gran avivamiento como resultado de la limpieza y restauración del templo. A continuación se encuentra la historia: "Puso también Levitas en la casa de Jehová con címbalos, y salterios, y arpas, conforme al mandamiento de David, y de Gad vidente del rey, y de Natán profeta: porque aquel mandamiento fue mano de Jehová, por mano de sus profetas. Y los levitas estaban con los instrumentos de David, y los sacerdotes con trompetas.

Entonces mandó Ezequías sacrificar el holocausto en el altar; y al tiempo que comenzó el holocausto, también el cántico de Jehová, con las trompetas y los instrumentos de David rey de Israel.

Y toda la multitud adoraba, y los cantores cantaban, y los trompeteros sonaban las trompetas; todo hasta acabarse el holocausto.

Y cuando acabaron de ofrecer, inclinóse el rey, y todos los que con el estaban y adoraron.

Entonces el rey Ezequías y los príncipes dijeron a los Levitas que alabasen a Jehová con las palabras de David y de Asaf vidente: y ellos alabaron con grande alegría, e inclinándose adoraron" (2 Cr 29:25-30).

b. Llenos Del Espíritu. Desgraciadamente, es posible tener una "forma" de adoración sin que en ella estén involucrados Jesús o el Espíritu Santo.

Sólo El Espíritu de Cristo puede producir una adoración verdadera aceptable al Padre. Sin que Su Espíritu esté involucrado, nuestra adoración es únicamente un ritual vacío. Esto es lo que Jesús quería dar a entender cuando hablaba sobre los dirigentes religiosos de Su día:

"Estas gentes dicen que Me honran y respetan, pero en sus corazones no tienen en absoluto un lugar para Mí. Su adoración hacia Mí no vale nada" (Mt 15:8, 9).

Por otro lado, cuando nuestros corazones se encuentren ligados al Espíritu viviente de Cristo, la adoración no será una forma vacía, será un fresco fluir de amor y alabanza. Pablo expresa esta verdad con estas hermosas palabras: "Estad siempre llenos y fluyendo del Espíritu Santo. Cantad los unos a los otros salmos, himnos y canciones espirituales y ofreced alabanza al Señor. Cantad y haced música para Él dentro de vuestros corazones. Sed siempre agradecidos a Dios vuestro Padre en nombre del Señor Jesucristo" (Ef 5:18-20).

Si estamos siendo llenados con el Espíritu Santo, podemos ofrecer alabanzas al Señor, cantar y hacer música para Él.

La iglesia moderna a menudo tiene música para la gente o por la gente. En la Biblia, la música era dirigida y cantada por y para nuestro Señor.

Necesitamos la acción del Espíritu Santo sobre nosotros para ser verdaderos adoradores. Dios nos ha dado Su Espíritu para que podamos ofrecerle verdadera alabanza y adoración procedente de nuestros corazones.

3. La Parte Del Hombre En La Adoración
"¿Quién puede subir al monte del Señor? ¿Quién puede estar en Su santo lugar? El que tiene manos limpias y un corazón puro. El que es honesto en todos sus caminos. El recibirá la bendición del Señor" (Sal 24:3-5).

La parte del hombre en la adoración, es allegarse a Dios en "verdad". Esto significa que el corazón del hombre ante el Señor debe ser limpio, puro, honesto y sincero.

a. Reglas Del Tabernáculo. Vemos un cuadro claro de esta verdad en el ministerio de los sacerdotes en el tabernáculo de Moisés. En la estructura y en el servicio del tabernáculo hay muchas cosas que hablan de la persona y de la obra de Jesús.

Todos los sacrificios, lavados, unciones y vestiduras, eran ilustraciones muy importantes de los principios espirituales que en un futuro serían observados por Jesús y la Iglesia. Antes de que los sacerdotes pudieran servir o adorar al Señor en el Lugar Santo, tenían que estar:

1) limpiados del pecado por un sacrificio de sangre (Lv 4:3).

2) lavados
 con agua.

3) ungidos para adoración y

4) vestidos en vestiduras sacerdotales limpias (Ex 30:17-33).

Estaban en peligro de muerte si no trataban con su pecado, se limpiaban de cualquier corrupción, recibían la unción y vestían vestiduras sacerdotales limpias. Solamente entonces, podían entrar en la presencia de Dios. Tenían que estar preparados para adorar.

b. Nuestra Preparación Es En Cristo Jesús. Nosotros también debemos:

1) Aceptar El Sacrificio De La Sangre de Jesús en la cruz (Ap 1:5).

2) "Lavarnos" Correctamente con el bautismo en agua (Hch 22:16; He 10:22).

3) "Ungidos" Para El Servicio por medio del bautismo en el Espíritu (Lc 4:18).

4) "Vestidos" Con Poder antes de poder ministrar apropiadamente al Señor (Lc 24:49).

c. Las Escrituras Declaran. Alabado sea Dios, todas nuestras necesidades fueron satisfechas en Cristo Jesús. Las Escrituras declaran que hemos sido:

1) Limpiados Por La Sangre. "Si confesamos nuestros pecados, el es fiel y justo para que nos perdone nuestros pecados y nos limpie de toda maldad" (1 Jn 1:9).

2) Lavados Por Bautismo En Agua Y Su Palabra. "…Cristo amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella. Para santificarla limpiándola en agua por la palabra" (Ef 5:25, 26).

3) Ungidos Por Su Espíritu. "Y el que nos confirma con vosotros en Cristo, y el que nos ungió, es Dios. Él cual también nos ha sellado, y dado la prenda del Espíritu en nuestros corazones" (2 Co 1:21, 22).

4) Vestidos en Su Justicia. "…sean, oh Jehová Dios, vestidos de salvación sus sacerdotes… porque me vistió de vestidos de salvación, me rodeó de manto de justicia" (2 Cr 6:41; Is 61:10).

d. Cristo Jesús: Nuestro Gran Sumo Sacerdote. El autor de Hebreos resume el privilegio del hombre lavado en sangre con estas maravillosas palabras:

"Queridos hermanos, ahora somos libres para entrar caminando en el Lugar Santísimo – donde está Dios. Podemos hacerlo sin miedo a causa de la sangre que Jesús derramó por nuestros pecados. Podemos pasar por el camino nuevo y vivo que Jesús abrió para nosotros a través de Su cuerpo en la cruz. Él es nuestro gran Sumo Sacerdote, y gobierna sobre toda la casa de Dios. Así que acerquémonos a Dios con un corazón sincero y lleno de fe.

Nuestros corazones han sido limpiados, y hemos sido liberados de sentimientos de culpabilidad. Nuestros cuerpos han sido lavados con las aguas puras del bautismo. Por lo tanto, aferrémonos firmemente a la esperanza que hemos confesado. Podemos confiar en que Dios hará lo que ha prometido" (He 10:19-23).

Sí, Dios nos ha dado el Espíritu de Su Hijo para que le adoremos en Espíritu y en verdad.

Mediante Su Espíritu, Jesús todavía busca adorar al Padre aquí en la tierra. Desea hacerlo a través de los miembros que forman Su Cuerpo: La Iglesia. A través de nosotros y mediante Su Espíritu, el Hijo desea adorar al Padre en medio nuestro. Por lo tanto, unamos nuestros corazones con el Suyo en sinceridad y cantemos gozosamente: "Oh Venid, Adorémosle".

E. RESUMEN
Hemos visto que:

1. La Parte De Dios
La parte de Dios en la adoración envuelve tanto a Su Hijo como a Su Espíritu.

2. Nuestra Parte
Tenemos también una parte que cumplir. Tenemos que ir ante el Señor con manos limpias y un corazón puro. Esto significa confesar nuestro pecado, faltas y fracasos rápidamente al Señor. Significa ser limpiado y vestido por Su gracia. Significa mantener nuestros pensamientos, palabras y obras justas y santas ante los ojos de Dios, de manera que podamos vivir siempre "…para la alabanza de Su gloria" (Ef 1:12).

Entonces, ciertamente seremos para Él "un pueblo escogido, un sacerdocio real y una nación santa" (1 P 2:9). Felizmente compartiremos Su amor y gracia para todo el mundo con todos nuestros corazones. Y todo empieza con la adoración.

Esto es lo que deseamos dar a entender cuando decimos que todo creyente debe aprender a "ministrar al Señor".

¿Por qué no entrega sus labios y su voz al Señor ahora mismo y empieza a adorarle? Dígale:

"Señor, te amo, 
y elevo mi voz 
para adorarte, 
Oh, mi alma se regocija; 
Alégrate mi Rey,
en lo que oyes; 
Que sea una dulce,
dulce canción a tu oído."